ISLAMABAD. Pakistán conmemoró hoy el décimo aniversario del asesinato de la ex primera ministra Benazir Bhutto, todavía símbolo del país asiático, sin que la Justicia haya encontrado a quienes cometieron el atentado que acabó con su vida y con su histórico partido en sus horas más bajas.
La familia Bhutto volvió a señalar al exdictador militar Pervez Musharraf por el asesinato de la primera mujer en liderar un país musulmán y dos veces primera ministra de Pakistán, tres meses después de que un tribunal absolviese a los cinco acusados de organizar el atentado suicida que acabó con su vida.
“Benazir Bhutto era luz, era esperanza. No te olvidamos.
Continuaremos con tu misión”, declaró Bilawal Bhutto, hijo de la carismática líder y actual presidente de su formación política, el Partido Popular de Pakistán (PPP), en el mausoleo de la familia de Garhi Khuda Bakhsh, situado en el municipio meridional de Naudero.
Ante miles de personas que coreaban “Benazir está viva” y acompañado por su padre, Asif Ali Zardari, y sus hermanas Bakhtawar y Aseefa, Bilawal manifestó que su madre fue asesinada por defender los derechos de las mujeres y la democracia.
El líder del PPP, de 29 años, señaló a Musharraf por la muerte de su madre junto a otras veinticuatro personas en un ataque perpetrado por un terrorista suicida de 15 años que hizo estallar una carga explosiva tras disparar varios tiros en un mitin en la ciudad de Rawalpindi.
En abril de 2010 una comisión de la ONU responsabilizó a Musharraf de la muerte de Bhutto por no haberle proporcionado una seguridad adecuada y acusó a las autoridades de hacer fracasar la investigación del caso de manera “deliberada”.
“Musharraf, asesino, Musharraf, asesino”, gritó Bilawal desde el estrado varias veces y el público le respondió con la misma frase.
En el acto, Zardari consideró que la que fue su mujer era la persona más “valiente” que ha conocido nunca y denunció que su muerte a los 54 años fue fruto de una conspiración.
En la calle Liaqat Bagh, donde fue asesinada en torno a las seis de la tarde en 2007, la facción local del PPP organizó una procesión con grandes fotos de la líder a la que acudió un gran número de personas.
Allí, Malik Mazhar Hussain, colaborador de Benazir, recordó el asesinato.
“Escuche tres disparos y vi a la persona que estaba disparando.
Miré a Benazir, hubo una explosión y su coche se elevó unos centímetros. Resulté herido en las dos piernas. Todavía admiro a Benazir”, dijo Mazhar a Efe.
El décimo aniversario llega después de que a finales de agosto un tribunal absolviese a los cinco acusados de conspirar para asesinar a Benazir Bhutto, en una sentencia que condenó a 17 años a dos expolicías por negligencia y declaró prófugo a Musharraf, tras nueve años de procesos judiciales y 300 vistas.
La familia Bhutto apeló en septiembre las sentencias en un recurso en el que pidieron la pena de muerte para los cinco absueltos y que se dicte sentencia contra Musharraf.
El exgeneral salió del país en marzo de 2016 alegando motivos médicos con la promesa de volver y desde entonces no la cumplió.
El histórico PPP se encuentra en uno de sus puntos más bajos después de dominar la política paquistaní en los años setenta tras ser fundado por Zulfiqar Ali Bhutto, el padre de Benazir, quien fue ahorcado por orden de un tribunal en 1979 tras un golpe militar.
El partido ganó las elecciones de 2008 con Zardari al mando tras la muerte de su mujer, pero en 2013 obtuvo su peor resultado electoral con un 15 % de los votos y 47 escaños de un total de 342.
“El deterioro del PPP tras su asesinato ha supuesto un fuerte golpe a la política liberal del país. Ese espacio lo han ocupado partidos de derechas y religiosos inspirados por el extremismo”, escribió hoy el columnista Zahid Hussain en el diario “Dawn”.
“Su muerte dejó un agujero en la política paquistaní difícil de llenar. Incluso sus más duros oponentes políticos admiraban su determinación y su desafío al extremismo religioso, que le costó la vida”, afirmó Hussain. EFE/Jaime León