Al cumplirse hoy ocho días de celebrarse las elecciones presidenciales, congresionales y municipales, el país se mantiene en vilo a la espera de que la Junta Central Electoral (JCE) ofrezca los resultados oficiales con los ganadores de los 4,106 cargos a elegir, mientras se multiplican las protestas y denuncias de irregularidades en el conteo y transmisión de los votos.
Hasta ayer la JCE solo exhibía los mayores avances en el nivel presidencial, ya que en su boletín número 10, computado el 95.49% de los votos, proyectaba como presidente reelecto al candidato del gobernante Partido de la Liberación (PLD), Danilo Medina, con 61.66%, mientras su más cercano contendiente, el opositor Luis Abinader, del Partido Revolucionario Moderno (PRM), registra 34.99%.
Los más agudos conflictos que han llegado a poner a prueba la legitimidad de las elecciones, se originan en los niveles congresional y municipal, donde ha sido imposible hasta ahora conocer la mayoría de los nuevos integrantes del Senado, la Cámara de Diputados y las alcaldías.
En numerosas provincias y municipios del país ha estallado la violencia y los locales de las juntas electorales tuvieron que ser militarizados para proteger el personal, los equipos, boletas y materiales de votación.
Seis de los siete candidatos opositores han formado un bloque para denunciar fraudes e irregularidades “extraordinariamente graves y en proporciones alarmantes”, que afectan los resultados de las elecciones generales del domingo, y exigieron un conteo manual de los votos en los tres niveles de elección y en los de ultramar.
El principal problema de las elecciones tuvo su origen en la introducción de un nuevo sistema electrónico para la transmisión de los votos, que presentó fallas en su funcionamiento y un personal con deficiencias en el manejo técnico. Por esta situación también tuvo que implementarse el conteo manual, lo que provocó amplias confusiones.