La Paz 3 ene (Prensa Latina) El pacto del año viejo, como podría llamarse el que firmaron al borde del fin de 2019 los dirigentes regionalistas bolivianos Luis Camacho y Marco Pumari, genera hoy críticas y desconfianza por los antecedentes de los aliados.Esas reacciones enfocan el potencial riesgo de corrupción implícito en el entendimiento anunciado por quienes, como en las telenovelas, habían roto para siempre por razones contantes y sonantes en las que evidenciaron que ven el Estado como un botín.
Camacho usó en ese pleito métodos gangsteriles, como grabar a Pumari cuando este le pedía 250 mil dólares y el control de la aduana de Potosí, como condición para ser su candidato a la vicepresidencia, con el socio como postulante a la presidencia.
Los afanes de Pumari tienen fines evidentemente corruptos que intentó justificar alegando que necesitaba fondos para movilizaciones electorales y los bolivianos creen posible que haya aceptado ser el segundo de Camacho tras recibir lo reclamado.
‘La alianza Camacho-Pumari sin duda es un tema más comercial’, dijo el analista político Marcelo Arequipa a la Agencia de Noticias Fides (ANF), al recordar la poco decorosa negociación revelada pocas semanas después del golpe de Estado que encumbró a la presidente Jeanine Áñez.
La concejala del municipio de la ciudad central de Cochabamba Celima Torrico, del Movimiento al Socialismo (MAS), de Evo Morales, criticó también al binomio formado por los dirigentes regionales que encabezaron la escalada de violencia que, alegando un supuesto fraude electoral, desestabilizó al líder indígena.
Señaló que la dupla que forman el extitular del Comité Cívico de la oriental región de Santa Cruz, Camacho, y el titular de igual organización de la sureña de Potosí, no representa los intereses nacionales, sino sus aspiraciones personales.
Torrico señaló que ambos representan el odio y el rencor y la violencia contra las mujeres y la cultura indígenas y nada pueden ofrecerle al pueblo de Bolivia y no merecen ningún apoyo.
El empresario Samuel Doria Medina, varias veces aspirante presidencial fracasado, comentó que el pacto solo representa a un sector de votantes y se pronunció por ‘una alternativa que dé certidumbre a todos’, obviamente con él como participante.
‘¿Cómo ven los bolivianos a esta alianza? Pues está claro que con mucha sospecha, porque ambos tenían un gran capital social (?) pero luego sus propias acciones y declaraciones los han despintado frente a la gente’, manifestó el analista Carlos Cordero.
En el Twitter de la emisora radio Fides, el internauta Efran García calificó a Camacho, candidato a la presidencia, y Pumari, postulante a la vicepresidencia, como ‘vendepatrias’ que propugnan el saqueo de los ingentes recursos naturales de Bolivia.
‘Oportunistas, ojalá que alguien haya grabado su acuerdo, qué prebendas sucias se habrán repartido’, escribió en el mismo espacio el ciudadano Germán Salazar.
El binomio, por otra parte, parece la carta del régimen de Áñez, pues Camacho se ufanó en días pasados de haber negociado con los mandos de las Fuerzas Armadas para que nieguen su apoyo al presidente Morales, a través del actual ministro de Defensa, Fernando López, quien lo admitió.
Camacho inclusive dio a entender evidenciando su influencia decisiva, que por tal motivo hizo nombrar a López ministro de Defensa, por los compromisos contraídos en esas negociaciones para derrocar a Morales.