SANTO DOMINGO. “El diseño del proyecto está concebido como un método de minado subterráneo donde no va a haber impacto en la superficie”, defiende Félix Mercedes, uno de los promotores del plan minero Romero, que ha despertado temores en la comunidad de San Juan, al sur del país, por su posible impacto sobre la actividad agrícola, la ganadería y el suministro de agua en esta provincia.
Mercedes, quien es gerente de Gold Quest, afirma que el propósito de extraer de allí cobre, zinc, plata y oro comenzó hace 16 años.
Narra que la filial dominicana de la empresa de capital canadiense, británico y suizo obtuvo dos permisos de exploración en la formación de Tireo, en plena Cordillera Central, que iban desde el año 2005 al 2010 y desde el 2010 al 2015.
El gerente de Gold Quest explica que en 2015 hicieron una solicitud de explotación, a través de la Dirección General de Minería y luego de una opinión favorable la remitieron al Ministerio de Energía y Minas, que también les favoreció y recientemente solicitó al Poder Ejecutivo otorgar la concesión para extraer los minerales.
La empresa Gold Quest encontró en 2012 un yacimiento con un estimado de 840, 000 onzas de oro, 980,000 onzas de plata y 135 millones de libras de cobre, según recoge en su página web.
Los ejecutivos de este consorcio, que tiene como socio principal a la compañía canadiense Agnico Eagle quieren “la oportunidad” de echar a andar el plan que ha encontrado de frente a los productores agropecuarios, sectores profesionales y los representantes de la iglesia católíca, con gran influencia en este pueblo.
Según el reporte técnico hecho por la compañía Gold Quest, el yacimiento de Romero estaría ubicado en la parte sur de la Cordillera Central, en medio de un bosque húmedo subtropical.
Al este le quedaría el Parque Nacional José del Carmen Ramírez y al noroeste de los límites del proyecto se ubica el Parque Nacional José Armando Bermúdez.
De acuerdo con el mapa interactivo de parques nacionales del Ministerio de Medio Ambiente, el yacimiento Romero está a unos 2.5 kilómetros del parque José del Carmen Ramírez y a menos de 500 metros del río San Juan, principal afluente que alimenta la presa de Sabaneta que riega todo el Valle de San Juan y sus sembradíos de habichuelas, guandules, maíz, arroz, y que se utiliza para la ganadería. También está próximo al río La Guama.
De acuerdo con los ejecutivos de Gold Quest, en el proyecto no habría “ningún tipo de químico contaminante”, debido a que el producto final sería “un concentrado”, por lo que la separación de los minerales no tendría lugar en el país.
Se trataría de un circuito cerrado “totalmente aislado”, donde no habría descarga al río ni la utilización de su agua para la actividad minera.
Según la exposición de Julio Espaillat, director de Gold Quest, en el proyecto Romero se haría una separación “intermedia”, por lo que el “concentrado”, con el oro y el cobre, tendría que ir a una planta fuera del país, que podría ser en China, Estados Unidos, Canadá o cualquier otro destino que es donde se llevaría a cabo la separación de manera térmica de los minerales.
“Aquí lo que se va a hacer es un proceso sumamente sencillo, en el que se extrae el mineral de la parte profunda a la superficie”, asegura Espaillat.
Describe que el proceso sería el similar al de una trituradora para producir gravilla, luego a un molino para pulverizar el mineral que cuenta con bolas de hierro dentro y dejan un producto “como polvo talco o cemento”.
Señala que la separación física se haría a través de un método de “flotación” equivalente a colocar en un vaso de agua con jabón líquido de (glicol).
En el proyecto Romero se construirían cuatro especies de lagunas que se utilizarían para almacenar el agua originada por la lluvia y que serviría para llenar el sistema de circuito cerrado en el que se procesaría el material extraído de la mina.
Asegura, además, que sería posible llevar adelante el proyecto sólo con el agua de la lluvia aunque hubiese períodos prolongados de sequía debido a que sólo tendrían que reemplazar la que se evapora de los reservorios que crearían.
Estiman que en total podrían almacenar unos 60,000 metro cúbicos de agua.
“Estamos diciéndole a la población que no hay una afectación de ningún tipo a la agricultura. Todo lo contrario. Entendemos que con los recursos económicos que se generen para la población y para la región lo que deben es invertirse en la agricultura”, plantea Espaillat.
Para el encargado de responsabilidad social corporativa de Gold Quest, “hay un desconocimiento general” sobre el manejo de la cuenca hidrográfica del río San Juan.
“Ese proceso agrícola es parte del problema porque está creando un sedimento enorme en la presa de Sabaneta que ha perdido un volumen significativo en su capacidad de carga”, refiere Crowley, quien asegura que los cultivos utilizan más de un 65% del agua que necesitan, lo que a su juicio es uno de las causas de la escasez de agua en San Juan.
El representante de Gold Quest argumenta que la minería serviría para crear empleos y eso podría convertir a los agricultores en productores de café.
De acuerdo con el plan de minado del proyecto Romero, la zona de acción de Gold Quest se ubicaría a ambos lados del río San Juan y, para ello, perforarían a más de 200 metros debajo de la superficie a través del cual crearían un túnel para sacar los minerales. Los promotores del proyecto aseguran que los estudios de exploración han requerido una inversión aproximada de US$29 millones, sin mayores detalles.
El obispo de San Juan de la Maguana, José Grullón Estrella, reiteró su rechazo a la propuesta de dar paso a la minería en la zona alta de la provincia y presentó, a través de un documento, un plan alternativo con tres propuestas.
El primero de los planteamientos del obispo es cerrar cualquier tipo de posibilidad a la actividad minera y reforzar la agricultura y la ganadería. Recordó, además, que más de 20,000 sanjuaneros han emigrado en los últimos 20 años por falta de oportunidades. La segunda propuesta de monseñor Grullón Estrella es la promoción de San Juan como un destino ecoturístico y con gran riqueza cultural como atractivo. Propuso reactivar el Consejo de Desarrollo Ecoturístico de la provincia San Juan y poner en ejecución nuevos proyectos que atraigan a los visitantes a las plazas temáticas, su catedral y sus monumentos emblemáticos.
El tercer propósito del obispo es apoyar un plan de reforestación en toda la provincia con aportes voluntarios y con un por ciento del dinero que genere la Junta de Regantes y la Hidroeléctrica de Sabaneta.