LOS ÁNGELES. En el futuro, una taza de café podría ponerlo nervioso incluso antes tomar un sorbo. Una organización sin fines de lucro quiere que manufacturadores, distribuidores y minoristas de café pongan advertencias de mal agüero sobre una sustancia química en la infusión que causa cáncer y ha estado presentando evidencias en una corte de Los Ángeles para probar su caso.
La demanda que fue presentada hace mucho se reanudó el lunes. Alega que Starbucks y otras cerca de 90 empresas, incluyendo supermercados y tiendas minoristas, no cumplieron con un ley estatal que requiere advertencias sobre sustancias químicas peligrosas halladas en todas partes, desde productos caseros pasando por centros laborales y hasta el medio ambiente.
En el centro de la disputa está el acrylamide, un carcinógeno hallado en productos cocidos como papas fritas que también es un derivado natural del proceso de tostado del café. La industria del café ha reconocido la presencia del químico pero asegura que está en cantidades pequeñas que no hacen daño y se compensa con los beneficios de beber café.
Aunque el caso ha estado en las cortes desde el 2010, ha recibido poca atención.
Un veredicto en favor del Consejo para la Educación e Investigación sobre Tóxicos, organización poco conocida, podría sacudir a la industria con posibles multas astronómicas y podría despertar a muchos consumidores, aunque no está claro qué efectos tendría en la gente acostumbrada a tomar café.
El abogado que está demandando a la industria _quien toma tres tazas de café al día_ dijo que la meta final es motivar a la industria a remover la sustancia química del café.
“Soy adicto, al igual que dos tercios de la población”, dijo el abogado Raphael Metzger. “Me gustaría que la industria sacará el acrylamide del café para que mi adicción no me obligara a ingerirlo”.