Cientos de seguidores del líder opositor venezolano Leopoldo López marcharon ayer sábado para conmemorar el tercer año de la detención del dirigente y en respaldo a su lucha por un cambio democrático de gobierno.
La manifestación anual organizada por la oposición -aunque no congregó grandes multitudes como otras protestas antigubernamentales recientes- se hizo aún más apremiante después de que el presidente estadounidense Donald Trump se reuniera esta semana con la esposa de López, Lilian Tintori, en la Oficina Oval de la Casa Blanca.
Bajo el grito “liberen a Leopoldo” y entre carteles con fotografías del dirigente, los manifestantes marcharon desde cuatro puntos de la ciudad para concentrarse en un tramo de la principal autopista que enlaza de este a oeste la capital para recordar a López que permanece detenido desde febrero de 2014 en una cárcel militar a las afueras de Caracas.
Simpatizantes del partido opositor Voluntad Popular, del dirigente encarcelado, desplegaron cientos de cartulinas con las que dibujaron un mosaico en la autopista. Con ellas recrearon la imagen de López, con los colores amarillo, azul y rojo de la bandera nacional, y el mensaje “Leopoldo, Libertad)”.
“Leopoldo esta injustamente preso, son tres años de registro que en Venezuela no existe democracia, no hay autonomía de poderes públicos, no hay justicia, fue condenado sin pruebas”, dijo Tintori a la prensa.
Tintori instó a los venezolanos a salir a las calles a reclamar “pacíficamente” elecciones presidenciales anticipadas. “Me fortalece recibir las muestras de apoyo de presidentes de otros países que comparten nuestra preocupación, pero más fortaleza me da ver a Leopoldo más fuerte que nunca después de tres años de aislamiento solitario”, agregó al ser preguntada sobre su encuentro con Trump.