México.- “La tortura es generalizada en México”, concluyó Juan Méndez, el relator de la Organización de las Naciones Unidas (0NU) tras su visita a México entre el 21 de abril y el 2 de mayo pasados cuando se entrevistó con víctimas y sus familiares y altos funcionarios del gobierno.
“La tortura ocurre especialmente desde la detención y hasta la puesta a disposición de la justicia, y con fines de castigo e investigación“, dijo. Y hay inquietantes coincidencias en los testimonios.
La mayoría asegura que son detenidos por personas vestidas de civil, a veces encapuchadas, que conducen autos no identificados y no cuentan con una orden judicial ni informan los motivos de la detención.
La detención va acompañada de golpes, insultos y amenazas y las personas son conducidas con los ojos vendados a sitios que desconocen -incluyendo bases militares- donde continúan las torturas.
Combinan puños, pies y patadas; toques con dispositivos eléctricos (generalmente en los genitales); asfixia con bolsa de plástico o introducción al agua; desnudez forzada, manoseos en senos y genitales y violaciones sexuales.