GINEBRA. La ONU estima en 1,000 millones de dólares el requerimiento financiero para poner bajo control la epidemia de ébola en África Occidental, diez veces más de lo que había calculado hace un mes.
El coordinador de la ONU para la lucha contra el ébola, David Nabarro, explicó en rueda de prensa que esa evaluación se basa en que el alcance y gravedad de la epidemia se ha duplicado en ese periodo.
De hecho, los últimos datos indican que el número de casos se eleva ahora a 4,985, y de éstos, 2,461 enfermos han muerto.
Pero el aspecto más grave y preocupante es que el 40 por ciento de los casos surgieron en los últimos 21 días.
El plan de acción fue presentado hoy a los Estados miembros de Naciones Unidas para solicitarles contribuciones.
Según los cálculos del propio Nabarro, actualmente sólo se cuenta con un 30 por ciento de los fondos que se necesitan.
Los 1,000 millones solicitados, si se consiguen, se repartirán en los tres países más afectados (Guinea Conakry, Liberia y Sierra Leona) en acciones para lograr los cinco objetivos que se han marcado como prioritarios: detener los contagios, tratar a los infectados, asegurar los servicios esenciales, preservar la estabilidad de los países más afectados y prevenir nuevos brotes en países que no han registrado contagios.
Para detener la epidemia es clave identificar a las personas que ya están contagiadas, para lo que se debería destinar 189,5 millones de dólares, y lograr que se lleven a cabo funerales dignos pero seguros, para lo que se debería invertir 23,8 millones de dólares.
Un foco muy importante de contagio han sido desde el inicio los funerales, dado que la tradición local invita a abrazar a los muertos, una acción que pone en contacto con los fluidos del cuerpo, fuente primigenia de infección.
Según el plan, deben destinarse 331.2 millones de dólares a tratar a los enfermos y otros 14 millones a cuidar al personal sanitario.
Asimismo, para poder mantener los servicios esenciales, son esenciales 107,7 millones de dólares para alimentos, 97.1 millones para servicios sanitarios no relacionados con el ébola, 2,5 millones a repartir como incentivos para los trabajadores sanitarios locales y 64.8 millones para recuperar la economía local.
De hecho, la secretaria general adjunta de la ONU para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, reveló que ahora más gente está falleciendo debido a patologías como tuberculosis y malaria y de enfermedades crónicas, que por el ébola, y pidió que se hagan los esfuerzos necesarios para evitar “el colapso total de los sistemas de salud” de los países afectados.
Para preservar la estabilidad, el plan pretende que se inviertan 42.6 millones de dólares para contar con el material necesario para afrontar la epidemia, 23.4 millones para transporte y combustible, 45.8 millones para movilización social y 3.2 millones para campañas de comunicación.
El plan establece también un fondo de 11,9 millones de dólares para dar un apoyo “regional” a los cuatro objetivos precedentes.
Finalmente, para evitar que el virus se transmita a otros países que aún no están afectados, se deberían invertir 30.5 millones de dólares, lo que eleva el total solicitado a 987.8 millones de dólares, según el documento.
El informe señala también que más de 22 millones de personas viven en las zonas donde hay una transmisión activa del virus del Ébola, y de esa población, casi 4.3 millones se encuentran en áreas donde se han registrado de veinte a más muertes por esta letal enfermedad.