Por lo menos 11 personas han muerto debido a la tormenta que comenzó el sábado y que siguió hasta tarde el lunes. El hielo se acumuló en las ramas de los árboles y en los cables de electricidad, dejando a vastas zonas sin servicio.
Se pronostica que la lluvia, la nieve y el hielo cederán en las próximas horas pero las temperaturas gélidas se mantendrán. Nevará en las planicies del centro de Estados Unidos y en las Montañas Rocosas el martes, y el miércoles en la zona de los Grandes Lagos y el centro-norte del país.
Varios estados decidieron mantener abiertos los refugios para atender a las personas que se quedaron sin electricidad.
La lluvia y la nieve derretida hicieron crecer los cauces de varios arroyos y ríos, obligando a cerrar carreteras y túneles en Indiana, Ohio y otros estados que limitan con los Grandes Lagos. Algunos riachuelos estaban al borde de causar inundaciones, aunque se estima que el martes regresarían a su nivel usual.
Más de 370.000 viviendas y negocios permanecían sin electricidad la mañana del martes en Michigan, el norte del estado de Nueva York y el norte de Nueva Inglaterra, comparado con medio millón el domingo. Unos 250.000 de ellos estaban en Michigan, cuyas empresas de electricidad dijeron que el apagón durará varios días antes de que se restablezca el servicio debido a la dificultad en reparar los cables rotos.
En Maine, el número de clientes sin energía eléctrica saltó a más de 100.000, y las temperaturas gélidas eran implacables.
“Definitivamente esto no acabará pronto”, comentó Margaret Curtis, quien labora en el Servicio Nacional de Meteorología en Gray, Maine. “De hecho, no habrá muchas zonas donde la temperatura estará arriba del punto de congelamiento”.