Río de Janeiro.- Uno de los ejecutivos de Odebrecht que aceptó colaborar con la Justicia confesó que la mayor contratista de Brasil invirtió 700.000 reales (unos 225.800 dólares) en unas obras en una casa de campo que era usada por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El ingeniero Emyr Costa, que era ejecutivo de Odebrecht Ambiental, confesó en el testimonio que rindió ante la Justicia que la empresa le pidió coordinar las obras en una casa de campo usada por el exjefe de Estado y que le entregó inicialmente 500.000 reales (unos 160.000 dólares) en efectivo para que pagara las cuentas.
“Nunca había manejado una obra de una casa con sumas de esa naturaleza. Compré una caja fuerte y la coloqué dentro de un armario en la sala de mi casa. Sacaba semanalmente cerca de 100.000 reales y los colocaba en un sobre que entregaba a la persona que hacía los pagos”, afirmó Costa en un nuevo vídeo de las delaciones de Odebrecht divulgado hoy por diferentes portales en internet.
En uno de los cinco procesos que ya enfrenta por corrupción, Lula es acusado de recibir diferentes beneficios ilícitos de Odebrecht, como las obras en la casa de campo, a cambio del favorecimiento a la constructora en contratos públicos.
De acuerdo con la Fiscalía, a pocas semanas de que Lula fuera sucedido en la Presidencia por su ahijada política, Dilma Rousseff, Odebrecht aceptó realizar gratuitamente una serie de obras en una casa de campo en Atibaia, ciudad en el interior del estado de Sao Paulo, que la familia del exgobernante visitaba con frecuencia.
La constructora realizó mejorías en la residencia, construyó una casa para los guardaespaldas de la Presidencia, un depósito, una cava y una sauna, y concluyó obras en la piscina, la cancha de fútbol y un lago de la casa cuya escritura de propiedad está a nombre de los empresarios Jonas Suassuna y Fernando Bittar, amigos del ahora exjefe de Estado, a los que la Fiscalía considera como testaferros de Lula.
Costa relató que la empresa le dio un plazo de un mes para realizar las obras y que tuvo que forzar un contrato para justificar las mejorías financiadas por Odebrecht.