La Conferencia del Episcopado Dominicano consagró su mensage de este año, contenido en su Carta Pastoral anual, en ocasión de las festividades de este domingo 21, Día de Nuestra Señora de la Altagracia, para resaltar temas inquietantes que afronta y debate la nación, entre estos el aborto, al que situó, “sin que quepa la menor duda”, como “uno de los peores crímenes de la humanidad”.
Los obispos, recurriendo a la noción de paráfrasis para ilustrar el mal que representa esta práctica, a la que se opone por principios la Iglesia, expone el énfasis con que el papa Francisco tocó en su momento el tema, al decir que este, “no es un mal menor: es un crimen. Es echar fuera a uno para salvar a otro. Es lo que hace la mafia. Es un crimen, es un mal absoluto”.
La Conferencia Episcopal agrega, siempre bajo el amparo de la cita papal, que “es necesario reiterar la oposición más firme a cualquier atentado directo a la vida, especialmente inocente e indefensa, y el nonato en el seno materno es el inocente por antonomasia”.
“Y en lo que tiene que ver con el aborto, que a ningún católico le quepa la menor duda de que éste es uno de los peores crímenes de la humanidad”, advierte.
No obstante lo anterior, añade, “a pesar de todas estas dificultades, nuestras mujeres, generosas y trabajadoras están llenas de esperanza, con la conciencia de que todo su sufrimiento no será en vano y que llegará el día en que se encenderá la luz de la resurrección en nuestro pueblo, y habrá respeto a la dignidad humana, oportunidad de educación y de trabajo para todos, y donde florecerán la unidad, el amor, la paz y la felicidad para todas nuestras familias dominicanas”.
Otros temas tocados en la Carta Pastoral de los obispos son vinculados a la ideología de género, la violencia, la trata de personas, y el papel de liderato de la mujer en los hogares dominicanos.
La ideología de género
“Las élites de ciertos países ricos, dueños de los grandes laboratorios y fábricas de armas mortales, bajo el pretexto de la “superpoblación, con el apoyo de organismos internacionales de prestigio, se han inventado la ideología de género, cuyo propósito principal encubierto es destruir la familia y arrasar con todos los principios éticos y morales”, resaltan en su mensaje.
Y agrega: “Es esa corriente ideológica es la promotora del libertinaje sexual en adolescentes y jóvenes, del homosexualismo, del lesbianismo y del aborto”.
“El Papa Francisco nos pone en alerta sobre esta corriente ideológica: ‘Otro desafío surge de diversas formas de una ideología, genéricamente llamada gender, que ´niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer’, señala.
La violencia
Sobre el impulso violento que prevalece en el país y que perturba a las familias dominicanas, la Conferencia de obispos hace notar que una espiral de violencia invade los espacios de la sociedad dominicana, alcanzando a diversos escenarios, entre estos el intrafamiliar, el laboral, y el vinculado a un contexto social y cultural donde se somete a la mujer por el hecho de ser tal y los conflictos de relaciones de parejas y ex parejas.
“Sentimos profundo dolor con el drama de tantos niños y niñas huérfanos que ven morir a su madre por manos de su pareja, con el agravante suicidio de su padre, dejándolos en total abandono por la ausencia de una respuesta del Estado”, se lamenta.
La trata de personas
“Otro mal poderoso y silencioso es la trata de personas. El país ha sido identificado como proveedor de mujeres para el negocio ilícito de la industria del entretenimiento mundial”, sostiene, y anota que, en ese orden, “esperamos que se hagan mayores esfuerzos en la aplicación de ley 137-03 que condena la trata ilícita de personas”.
“ÖEn el viacrucis de sus vidas, muchas mujeres dominicanas transitan por la calle de la amargura y el sufrimiento, cargando con los pecados y errores de una sociedad que no las valora ni respeta; condenadas a grandes sacrificios de pago de impuestos para mantener la vida de confort de muchos políticos sin escrúpulos”, agrega.
Con una evidente carga de pesar, los obispos declaran que “las garras de la corrupción impenitente las despojan a ella y a su familia de las vestiduras, de la comida, de la medicinaÖ y las condenan a tener que vivir debajo de los puentes o a orillas de ríos y cañadas, mientras desde su pobreza observan cómo algunos políticos disfrutan sin consecuencias e impunidad de riquezas mal habidas”.
El rol de la mujer
El mensaje de los obispos dedica atención especial al papel que desempeña actualmente la mujer en la sociedad dominicana, indicando que “el deterioro familiar ha incrementado su liderazgo en los hogares, al asumir tareas de proveer y cuidar, “una realidad que exige trabajos informales para garantizar flexibilidad de horario”.
Dijo que la mujer dominicana es casi la mitad de la población nacional, con un: 50.2% de población masculina, y 49.8% femenina. “Las estadísticas muestran mejorías en las viviendas que estas mujeres lideran”, indicó.
“Es de alabar el hecho de que la mujer dominicana cada vez más se preocupa por su propia formación y desarrollo, como lo testimonian las matrículas y graduaciones universitarias, con un 62.8% mujeres y 37.2% hombres; refiere.
Ante esa realidad, agrega, “es deseable que sus esfuerzos y sacrificios sean bien valorados.
“Es importante destacar que también en el campo de la política se está tomando conciencia del aporte que la mujer, con su especial sensibilidad humana, puede dar a la sociedad. Así lo muestran los datos de la recién pasada contienda electoral del 2016. El 44.32% de las candidaturas para todos los cargos fueron mujeres, y el 55.68% hombres. Hemos de reconocer también el aporte que dan a nuestra economía nacional. El 54% de las remesas recibidas en el país, a través de canales formales, provienen de mujeres migrantes”, anota el mensaje.
“Son heroínas nuestras mujeres más pobres, madres del campo y de los barrios de nuestras ciudades, que poseyendo menos estudios y, consecuentemente, con menos posibilidades de trabajo formal, viven una vida de muchos sacrificios, trabajando duramente en medio de precariedades para sostener sus hogares”, precisan los obispos.
No obstante lo anterior, precisan, “la pobreza y el analfabetismo generan grandes problemas que afectan también significativamente a nuestras mujeres, como es el embarazo en edad temprana, cuyas causas principales son la desintegración familiar, la falta de educación en valores, la mentalidad subjetivista, relativista y de consumo de nuestra sociedad actual”.
Diferencias de los individuos
Al establecer los rangos de diferencia entre “lo “masculino” y lo “femenino”, la Carta Pastoral hace énfasis en que estos “diferencian a dos individuos de igual dignidad, que no poseen una igualdad estática, porque lo específicamente femenino es diverso a lo específicamente masculino”.
Y asegura que ambos se complementan, no sólo desde el punto de vista físico, sino psíquico y ontológico. A esta unidad Dios le confía no sólo la procreación, sino la construcción de la historia”.
Al enfatizar en el respecto que le debe ser dispensado a la parte femenina, advierte “cuando el hombre ofende la dignidad de la mujer actúa no sólo contra él mismo, sino contra Dios. Si en vez de entregarse, el hombre intenta dominar a la mujer surge opresión que humilla al “co-sujeto”, imponiéndose la posesión”.
La mujer en la Iglesia Católica
La Conferencia del Episcopado afirma que el el territorio nacional, el 48% de las mujeres, en edad de 15 a 49 años, se declaran miembros de la Iglesia católica; un 20%, de la comunidad protestante, y un 28% se identifica sin religión.
Actualmente, expone, “nuestro país cuenta con más de 100 congregaciones femeninas. Este fermento del Reino de Dios posee la dirección, en diversos puntos del país, de numerosos centros: educativos, asistenciales, de sanidad, espiritualidad, comunicación y otros”.