La Conferencia del Episcopado se queja en su más reciente carta pastoral de que en el país persista “una violencia institucionalizada”, y que a pesar del crecimiento económico constante, la pobreza solo se haya reducido levemente mientras la indigencia ha aumentado en términos absolutos.
Los obispos señalan la carencia de institucionalidad y de transparencia, la ausencia de un sistema eléctrico eficiente, la actitud de corrupción pública y privada, y las deficiencias del sector salud como parte de los males con los que tienen que convivir los dominicanos a diario.
“Lo primero que desasosiega en República Dominicana es no saber a quién acudir ni a qué atenerse. Se tiene la sensación de que basta ser guapo y prepotente para imponerse y hacer lo que le parezca en las instituciones y en los ambientes en que se vive”, dice la carta pastoral.
Igual les preocupa la falta de independencia en los tres poderes del Estado, una señal que ven como parte del déficit de institucionalidad en la sociedad. Aseguran que la población percibe que “todos los poderes del Estado están sujetos a unos cuantos líderes y a un solo partido. Además, cada cuota de poder institucional es utilizada para agendas políticas e ideológicas, en detrimento del reconocimiento automático de los derechos fundamentales”.
Que cerca del 30% del presupuesto nacional esté comprometido en el pago de la deuda externa tiene como consecuencia una rigidez excesiva en el gasto, aseguran los obispos en su carta pastoral, emitida por el aniversario de la República el próximo 27 de febrero.
Los prelados pidieron al Estado reencauzar sus relaciones internacionales con Haití, retomando las acciones coordinadas por ambas naciones en la Comisión Mixta Bilateral, para regular el comercio entre los dos países y la aplicación de una ley migratoria en un clima de colaboración mutua.
Dicen los obispos que, al parecer, la lógica de ese endeudamiento excesivo responde a la necesidad “de aceitar una maquinaria política” cada vez más demandante de recursos para lograr la conquista del control estatal. “Es a esta maquinaria a la que puede acudir el ciudadano de a pie para enfrentar muchos de los problemas que impactan negativamente su vida”.
“Que la justicia y la paz se encuentren” es el título de la carta pastoral que también señala los puntos en los que la paz y la justicia se encuentran en el país.