El presidente de EE.UU., Barack Obama, reconoció el uso de los métodos de ‘interrogación reforzada’ por la CIA después los ataques del 11 de septiembre 2001. Esta confirmación sigue el escándalo entre la CIA y el Senado de EE.UU. sobre el asunto.
Las declaraciones del mandatario de EE.UU. siguen el desarrollo del conflicto entre la CIA y la Comisión de Inteligencia del Senado estadounidense. Esta semana el director de la CIA, John Brennan, confirmó que ciertos empleados de su agencia espiaban a los miembros del Senado responsables de la compilación del informe sobre las torturas de la CIA.
El documento de en torno a 6.300 páginas contiene datos sobre una multitud de casos del uso de la ‘interrogación reforzada’ contra los supuestos terroristas. El informe concluye que en muchos casos el uso de las torturas fue ineficaz y no llevó a la obtención de datos cruciales para la seguridad nacional.
Además, el documento acusa a la CIA de ocultar detalles sobre la gravedad de los métodos utilizados y la existencia de centros de detención secretos en el extranjero, por ejemplo, en Polonia.
El 3 de abril el Senado de EE.UU. votó a favor de desclasificar el informe y hacerlo público. Según varios comentarios de los funcionarios que leyeron el documento, hechos bajo la condición de anonimato, la escala de las torturas “sorprendería a los estadounidenses”.