El presidente Barack Obama llegó este miércoles a Japón donde expresó sus condolencias y presentó “profundas disculpas” por el homicidio de una mujer japonesa que supuestamente cometió un infante de marina en las afueras de la base militar de Okinawa.
“Estados Unidos se ve horrorizado por cualquier crimen violento que pueda haber ocurrido o que esté siendo llevado a cabo por empleados o contratistas del gobierno de Estados Unidos. Nosotros lo consideramos inexcusable”, dijo el mandatario.
Obama y el primer ministro japonés, Shenzo Abe, discutieron el incidente solo días después de que las autoridades japonesas arrestaran a Kenneth Franklin Shinzato, un ex infante de marina estadounidense de 32 años.
Shinzato confesó haber acuchillado y estrangulado a Rina Shimabukuro, y haber lanzado su cuerpo en un área boscosa cerca de la base estadounidense donde él trabajaba.
Obama prometió que Estados Unidos continuará cooperando con la investigación del homicidio y dijo querer ver que este crimen sea procesado en los tribunales japoneses.
El tema del asesinato fue solo una parte de las conversaciones entre los dos líderes, que también tratron temas como el lento crecimiento económico en las economías más importantes del mundo y la visita de Obama a Hiroshima, el viernes, la ciudad donde Estados Unidos lanzó una bomba atómica en 1945.