Washington, 5 feb (EFE).- El presidente de EE.UU., Barack Obama, pidió la ayuda de los sindicatos y grupos progresistas para presionar al Congreso a que apruebe una reforma migratoria integral este año, informaron hoy quienes se reunieron con él para analizar estrategias al respecto.
Obama se reunió esta mañana durante una hora con 16 líderes de sindicatos y grupos progresistas nacionales, y tendrá un segundo encuentro a lo largo de la tarde con 12 principales ejecutivos de algunas de las empresas más importantes de EE.UU., con el objetivo de impulsar un plan de legalización para la población indocumentada.
Al salir de la reunión, los líderes sindicalistas y activistas calificaron de productivo el encuentro y señalaron que Obama reiteró su apoyo a una reforma que incluya una vía hacia la legalización y eventual ciudadanía de los indocumentados.
“Le agradecimos su liderazgo en este asunto…hablamos sobre la mejor estrategia posible para impulsar esta iniciativa de forma rápida. Creemos firmemente que hay un sentido de urgencia de avanzar lo más rápido posible”, dijo Janet Murguía, presidenta del Consejo Nacional de La Raza, la organización hispana más antigua del país.
Murguía elogió el plan que presentó Obama la semana pasada en Las Vegas (Nevada) y que, entre otros elementos, incluye una vía para la legalización de los indocumentados, medidas para la seguridad fronteriza y sanciones para empresas que contraten a indocumentados.
Por su parte, el presidente de la central sindical AFL-CIO, Richard Trumka, señaló que el encuentro dejó en clara la urgencia de poner en marcha una reforma que tenga “sentido común”, que corrija los problemas del sistema migratorio e incluya “un camino amplio hacia la ciudadanía”.
Mee Moua, directora ejecutiva del Centro de Justicia para Asiáticos-Estadounidenses, dijo que el grupo le recordó a Obama las “expectativas que persisten” sobre una reforma tras los comicios del pasado 6 de noviembre, en los que él logró la reelección.
Obama “afirmó que ha escuchado el mensaje”, dijo Moua, quien señaló que hay alrededor de un millón de asiáticos indocumentados, de un universo de once millones de inmigrantes “sin papeles”.
Por su parte, Benjamin Jealous, del grupo afroamericano “NAACP”, señaló que existe un “amplio apoyo” de la comunidad negra en EEUU para una reforma que responda a las necesidades del mercado laboral y los futuros flujos migratorios.
Cristina Jiménez, directora de la “Red Juntos Soñamos”, dijo que los activistas expresaron a Obama su preocupación por las continuas deportaciones y la necesidad de un camino hacia la ciudadanía “que no vaya a tomar 20 o 30 años”.
“Nos dijo que sigamos movilizándonos y le dijimos que vamos a seguir movilizando a la comunidad. Esta pelea va a estar dura” debido a las condiciones que buscan los republicanos, dijo Jiménez.
Varios líderes republicanos del Congreso quieren que la eventual legalización de los indocumentados esté supeditada a medidas policiales y para la seguridad fronteriza.
“El camino a la ciudadanía tiene que ser claro, tiene que ser directo y el presidente, en su plan, ha dicho que él también apoya eso”, afirmó Jiménez.
Los activistas han convocado una marcha nacional en Washington para el próximo 10 de abril para continuar presionando por la reforma y, según los organizadores, esperan la participación de alrededor de 200.000 personas provenientes de todo el país.