WASHINGTON (AP) — El presidente Barack Obama invitó el sábado a los estadounidenses a pedirles a sus representantes en el Congreso que aprueben en los próximos días una reforma migratoria que conceda a los 11 millones de inmigrantes que viven de manera irregular en el país la posibilidad de naturalizarse.
“Si ustedes están de acuerdo con que ahora es el momento para una reforma de sentido común, pónganse en contacto con sus representantes. Díganles que tenemos que solucionar esto para que todos juguemos con las mismas reglas”, dijo el mandatario en su discurso semanal.
“Sabemos que los opositores de la reforma van a hacer todo lo posible para impedirlo. Intentarán azuzar el temor y crear división. Intentarán politizar un asunto que a la inmensa mayoría de los estadounidenses le interesa que se aborde”, agregó. “Y si ellos tienen éxito, nosotros perderemos esta oportunidad de finalmente componer un sistema de inmigración que está sumamente descompuesto”.
Al referirse al proyecto de ley elaborado por un grupo bipartidista de ocho senadores que comenzará a ser debatido la semana próxima en el pleno del Senado, Obama admitió que “no es perfecto” pero incluye medidas “de sentido común” y cuenta con el apoyo de ambos partidos, empresarios, religiosos y cuerpos de seguridad.
“No hay motivo para que el Congreso no colaborar para enviarme un proyecto de ley a mi despacho para finales del verano”, agregó el mandatario.
En respuesta al mensaje, un grupo de activistas dijo sentirse “decepcionado”.
“Fuera de Washington, el presidente es visto más como un ‘director de deportaciones’ que como un defensor de la reforma en estos momentos”, dijo Pablo Alvarado, director ejecutivo de la Red Nacional de Jornaleros Organizados.
“La verdad es que el presidente supervisa la expulsión de 1.100 personas cada día”, dijo. “Sus palabras suenan como promesas vacías cuando se comparan con sus acciones”.
“El presidente debe detener las deportaciones”, agregó.
Durante una sesión celebrada la víspera en el pleno del Senado —previa a la primera votación prevista para el martes— dos senadores republicanos expresaron su rechazo a la reforma migratoria por considerar que legaliza a personas que violaron leyes para ingresar a Estados Unidos.
Sin embargo, el jefe de la bancada mayoritaria del Senado —el demócrata Harry Reid— coincidió en que la iniciativa obtendrá más de los 60 votos necesarios para que se convierta en ley.
“Realmente pienso que los tenemos. Tenemos casi a todos los demócratas. Podemos perder a algunos. Tendremos más que el 90% de los demócratas. Todo lo que necesitamos es una pequeña ayuda de los republicanos”, dijo el senador durante una entrevista concedida a Univisión, cuya transcripción fue difundida el viernes pero que será transmitida el domingo.
Reid también criticó a la cámara baja por votar esta semana en contra de la política del presidente Barack Obama de poner fin a la deportación de cientos de miles de inmigrantes que llegaron a Estados Unidos sin permiso cuando eran niños, poniendo en evidencia los obstáculos que enfrentará la iniciativa en ambas cámaras.
Reid indicó que la votación de la cámara baja ocurrió el mismo día en que el presidente de la cámara baja, el republicano John Boehner, escribió una columna de opinión a favor de la reforma migratoria.
“Los integrantes de la cámara tienen una batalla entre ellos mismos. No saben lo que quieren hacer”, agregó. “Pero creo que cuando llegue el momento decisivo, la cámara apoyará nuestra versión del Senado, un proyecto de ley sólido”.
Reid dejó claro en la entrevista que la votación de la cámara baja no cuenta con apoyo en el Senado, por lo que no tiene posibilidad alguna de convertirse en ley.
La Casa Blanca exhortó esta semana a Boehner a abordar la reforma migratoria antes del receso veraniego previsto a partir del 2 de agosto.
Mientras el Senado se apresta a debatir en su seno la semana próxima un proyecto de ley integral, un grupo bipartidista de siete representantes —en la cámara baja controlada por republicanos— aún no ha presentado su versión de una reforma integral pese a que negocia de manera interrumpida desde 2009 a puertas cerradas.
Y el presidente de la comisión de asuntos jurídicos en la cámara, el republicano por Virginia Bob Goodlatte, ha presentado varios proyectos de ley por separado.
La expectativa expresada por Cecilia Muñoz, directora de políticas internas de la Casa Blanca, es que si el Senado aprueba su versión antes del 4 de julio y la cámara antes del receso veraniego previsto a partir del 2 de agosto, la conferencia para conciliar ambas versiones pudiera ocurrir en septiembre.