“La parte más importante de este esfuerzo es involucrar al pueblo estadounidense”, comentó ayer en su rueda de prensa diaria el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
Obama considera fundamental “hablar” con los ciudadanos y asegurarse de que “entienden hacia dónde vamos y por qué. Y eso es lo que pretende hacer mañana”, agregó Carney sobre el viaje del presidente a Las Vegas.
Será el primer viaje fuera de Washington y el primer discurso que ofrece Obama tras su segunda investidura presidencial hace una semana, lo que pone de manifiesto que la reforma migratoria es una de las prioridades de su nuevo mandato.
Nevada es uno de los estados donde más ha crecido en los últimos años la población hispana, que reclama desde hace tiempo la reforma migratoria que Obama prometió en 2008, en su primera campaña electoral hacia la Casa Blanca.
Los votantes latinos en Nevada pasaron de representar el 15 % del electorado en 2008 al 18 % en los comicios de noviembre pasado, y en las dos ocasiones apoyaron mayoritariamente a Obama.
Hoy, en la víspera del discurso sobre inmigración de Obama, tres senadores demócratas y dos republicanos presentaron un marco inicial para una reforma migratoria que incluirá un camino a la ciudadanía para la mayoría de los 11 millones de indocumentados que viven en EE.UU., muchos de ellos hispanos.
En una conferencia de prensa conjunta, el demócrata Charles Schumer dijo que espera que el Senado tenga un proyecto de ley consensuado en marzo, para que la reforma migratoria pueda ser votada por el pleno de esa cámara a finales del primer semestre del año o a comienzos del segundo.
Este 2013 “es la mejor oportunidad para aprobar la reforma migratoria. Si fallamos, creo que pasaran muchos años hasta que se vuelva a intentar arreglar este problema”, aseguró, por su parte, el senador John McCain, que fue candidato presidencial republicano en 2008 y perdió frente a Obama.
El marco consensuado por ocho senadores bipartidistas contempla una vía “dura pero justa” para la legalización de inmigrantes indocumentados, supeditada al fortalecimiento de la seguridad fronteriza.
Además, propone una reforma del sistema de visas para responder a las necesidades del mercado laboral y un método de verificación de empleos “eficaz” para impedir la contratación de trabajadores indocumentados.
Asimismo, se da preferencia a regularizar la situación de aquellos que llegaron a EE.UU. siendo menores y han crecido y han sido educados en el país, así como a los trabajadores del sector agrícola y ganadero.
“El conjunto de principios propuestos por este grupo bipartidista acepta el camino a la ciudadanía. Eso es un gran acuerdo, es un avance importante”, destacó hoy el portavoz de Obama.
A juicio de Carney, en todo el país se está desarrollando un “consenso” en favor de la reforma migratoria, que es “bipartidista” y está sucediendo “porque el presidente ha demostrado un liderazgo significativo en este tema”.
Sin entrar en detalles sobre si Obama comparte punto por punto el acuerdo presentado hoy por los senadores y tampoco sobre su discurso en Las Vegas, Carney sostuvo que el plan del mandatario está colgado en la web de la Casa Blanca y recoge los principios que ha venido defendiendo desde hace tiempo.
El plan de Obama plantea dar un camino hacia la ciudadanía a los 11 millones de inmigrantes indocumentados que existen en EE.UU., algo visto por algunos republicanos como una amnistía a la que se oponen.
Además, la iniciativa del mandatario incluye reforzar la seguridad en la fronteras y penalizar a los empleadores que contraten a indocumentados.