Washington, 29 ene (EFE).- El presidente de EE.UU., Barack Obama, afirmó hoy que si el Congreso no actúa pronto sobre una reforma migratoria, él enviará su propia propuesta que garantice “un proceso justo” que permita a los indocumentados “ganarse” el derecho a la legalización y la eventual ciudadanía.
Durante un discurso en Las Vegas (Nevada), Obama delineó su propuesta para una reforma que incluya: el fortalecimiento de la seguridad fronteriza; una vía para la eventual legalización y ciudadanía de los indocumentados y sanciones para empresas que contraten a sabiendas a los indocumentados.
Asimismo, un sistema para verificar el estatus migratorio de los empleados, y mejoras en el actual sistema para que EE.UU. siga atrayendo talento.
Obama dijo que quienes quieran ganarse la legalización tendrán que someterse a una revisión de antecedentes penales, pagar una multa e impuestos, aprender inglés, y “ponerse en cola” para tramitar la residencia permanente.
El mandatario reconoció que la inmigración siempre ha causado grandes divisiones, pero consideró que la reforma migratoria “está al alcance”.
“Estos once millones de hombres y mujeres están acá…y son parte del tejido social de nuestras vidas”, aseguró Obama, al destacar también las contribuciones de los extranjeros a la economía.
En ese sentido, Obama señaló que los inmigrantes han contribuido a la creación de empresas como Intel, Instagram, Google y Yahoo, y que una de cada cuatro nuevas empresas tecnológicas han sido impulsadas por inmigrantes.
Por ello, Obama consideró que la reforma migratoria que salga del Congreso tiene que también mejorar el sistema legal de visas para que Estados Unidos siga siendo “un imán para los mejores y más brillantes del mundo”.
Asimismo, Obama defendió los logros de su Gobierno durante el primer mandato para reforzar la seguridad en la frontera sur, con más agentes sobre el terreno y una reducción en los cruces ilegales en casi un 80 % con respecto al año 2000.
Además, señaló que las medidas policiales han estado dirigidas principalmente a la deportación de criminales, que se encuentran “en su nivel más alto”.
Las propuestas delineadas por Obama emanan de la “hoja de ruta” que presentó en mayo de 2011 pero, a diferencia de lo que promueve un grupo negociador de ocho líderes del Senado, el mandatario prefiere una vía más directa hacia la eventual legalización de los indocumentados.
Su esperanza, dijo, es que sus propuestas sirvan de guía para que el Congreso actúe sobre la reforma migratoria este año, si bien reconoció que “habrá un debate riguroso sobre los detalles”.
La reforma migratoria, una promesa incumplida de Obama de 2008, cuenta con el respaldo de una amplia coalición de grupos hispanos, cívicos, académicos, religiosos, sindicales y empresariales, que considera que esta reforma es un imperativo “moral” y “económico”.
El discurso de Obama sirvió como pistoletazo de una campaña pública nacional de la Casa Blanca a favor de una reforma que permita la legalización de 11 millones de indocumentados en Estados Unidos.