El presidente de EE.UU., Barack Obama, defendió ayer los logros de sus ocho años de Gobierno en una carta dirigida a los estadounidenses, pese a que su sucesor en la Casa Blanca, Donald Trump, ha prometido desmantelar parte de su legado.
Obama, que cederá el poder al magnate republicano el próximo 20 de enero, empieza la misiva recordándoles a sus “compatriotas estadounidenses” la grave crisis económica que afrontaba al país en 2009.
“Hace ocho años, EE.UU. afrontaba un momento de peligro como no habíamos visto en décadas”, afirma el mandatario demócrata.
Esa situación -explica- se complicaba también porque cerca de 180.000 soldados estadounidenses estaban desplegados en Irak y Afganistán; y Osama bin Laden, el “cerebro de los peores ataques terroristas en suelo estadounidense”, seguía “prófugo”.
“Ocho años más tarde, una economía que se hundía (a un ritmo de) más del 8 por ciento está ahora creciendo a más del 3 por ciento”, subraya el primer presidente negro de la historia de este país.
También se muestra orgulloso de haber reducido la presencia militar estadounidense a 15.000 efectivos en Irak y Afganistán y de que terroristas como Bin Laden, exlíder de la red Al Qaeda, “han sido eliminados del campo de batalla”.
Obama recalca, asimismo, que EE.UU. ha golpeado duramente al grupo yihadista del Estado Islámico y sus “refugios” en Irak y Afganistán con el apoyo de una coalición de más de 70 países.
En clave de política exterior, el presidente se vanagloria por haber contribuido a forjar el acuerdo nuclear alcanzado en julio de 2015 entre Irán y seis grandes potencias (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y Alemania) para frenar el programa atómico iraní, muy criticado por Trump.
Obama destaca igualmente el proceso normalización de las relaciones bilaterales entre EE.UU. y Cuba, un proceso que Trump ha prometido revertir si La Habana no ofrece a Washington un pacto “mejor”; y el Acuerdo de París contra el cambio climático, que tampoco satisface a su sucesor.
Entre los logros de política nacional, el líder demócrata hace especial énfasis en su reforma sanitaria, conocida como “Obamacare” y promulgada en 2010, que establece la obligatoriedad de contar con un seguro médico y ha beneficiado a más de 20 millones de personas.
Obama visitó este miércoles el Congreso para pedir a los legisladores demócratas firmeza contra los esfuerzos republicanos para derogar su reforma sanitaria, que incluirán acciones ejecutivas de Trump desde su primer día en la Casa Blanca, el 20 de enero.
Pese a poner el acento en sus éxitos, el mandatario lamentó algunos fracasos, como no haber podido aprobar medidas de control de del uso de armas de fuego para evitar tiroteos masivos o una reforma migratoria que “anime a los mejores y más brillantes del mundo a estudiar, quedarse y crear más empleos” en Estados Unidos.
Con todo, recalcó, “nuestro país es más fuerte y más próspero de lo que era cuando empezamos, una situación que dejaré a mi sucesor de la que estoy orgulloso”.
“Servir como su presidente ha sido el privilegio de mi vida”, concluye Obama al asegurar con optimismo: “Nuestros mejores días están aún por llegar”.
Barack Obama dará el último gran discurso de su Presidencia el 10 de enero en Chicago, la ciudad en la que conoció a su mujer, nacieron sus dos hijas, trabajó como líder comunitario y dio el salto a la política.