Los alcaldes de Miami, Francis Suárez, y Miami Beach, Dan Gelber, hicieron “sonar la alarma” este lunes sobre el riesgo que supone bajar la guardia en la prevención de la COVID-19, pero descartaron por ahora volver al confinamiento, pese al aumento de los casos .
En una rueda de prensa ambos alcaldes dijeron que volver a ordenar a sus conciudadanos que se queden en casa sería el “último recurso”, algo, que según Suárez, tendría un “efecto dramático” en la economía de Miami-Dade, que antes de la COVID-19 era “boyante”, pero ahora está “quebrada” y tiene 400.000 desempleados.
Suárez, que fue uno de los primeros contagiados de COVID-19 en Florida, y Gelber hablaron así por la preocupación generada por la profusión de casos nuevos que presenta Florida en la últimas semanas.
Entre el sábado, domingo y lunes se han registrado en Florida más de 6.000 casos nuevos y la cifra acumulada desde el 1 de marzo supera los 77.000. Miami-Dade es el foco principal con más de 21.000 casos y 826 muertes.
La aparición de más casos, según Suárez, se debe en parte a que se están haciendo mas test de la COVID-19 que en la fase inicial de la pandemia, pero también a que la gente se está relajando en el seguimiento de las medidas de prevención.
Suárez agregó que está examinando cuidadosamente las cifras de hospitalizaciones para reaccionar en caso de que la capacidad de atender a enfermos por la COVID-19 baje a un nivel peligroso, lo que no ocurre actualmente ni con las camas disponibles en hospitales ni en cuidados intensivos.
La ocupación actual está entre el 62 y el 66 %, lo que entra dentro de lo “saludable”, según Suárez, que dijo que en Miami-Dade llegó a haber 500 casos diarios y ahora están entre 200 y 300, lo que indica que el “giro es positivo”.
Aunque Miami-Dade, Broward y Palm Beach siguen siendo los focos principales, el aumento de los nuevos casos no se circunscribe a esos tres condados, como indican los datos oficiales.
De los 1.758 casos nuevos de hoy en todo el estado, solo 620 corresponden al foco en el sureste de la península.
Ambos alcaldes dijeron que su obligación es informar a la gente antes de que se llegue a una situación sin retorno por no cumplir con las directrices de las autoridades sanitarias, como llevar mascarilla y mantener la distancia de seguridad.
Como dijo Gerber, se trata de “ser cautos para poder ser optimistas”.
La reapertura “no es una luz verde para hacer todo lo que uno quiere”, indicó el alcalde de Miami Beach, que recibió una donación de 10.000 mascarillas para su ciudad de un filántropo y empresario local que donó otras 50.000 a Miami.
Suárez dijo que las autoridades locales deben “manejar” ambas crisis, la de la economía y la de la salud, y los ciudadanos seguir comportándose responsablemente para evitar la adopción de medidas drásticas.
Los dos alcaldes convinieron en que sus ciudades se van a mantener como están, sin avanzar en la desescalada. Eso implica, según Suárez, que no va a haber por ahora discotecas, cines, bares y clubes nocturnos abiertos en Miami, ni eventos deportivos ni de otro tipo que impliquen grandes concentraciones de personas. EFE