JUAN SANTIAGO, ELÍAS PIÑA.Nueve meses después de la publicación del reportaje Juan Santiago: El pueblo del olvido, una historia sobre la vida en el municipio más pobre del país, poco ha cambiado en la comunidad.
Es un día nublado y el trayecto hacia Juan Santiago es menos accidentado: la carretera -que antes era un camino vecinal pedregoso y enlodado- está recién asfaltada. Ahora -al menos- los habitantes del poblado podrían llegar más rápido con un enfermo a El Cercado, San Juan, porque el municipio sigue sin hospital. Sigue, además, con precariedades en los centros educativos y sin planta de tratamiento para el acueducto, que se abastece de un canal de agricultores.
Aunque levemente, la vida de algunos de los juansantiaguenses que protagonizaron la historia ha cambiado. Hoy Esteban Montero Encarnación -cuyos ojos anegados le impidieron entonces contar su vida al equipo de DL- luce animado mientras pide dos galletas de RD$5, media libra de azúcar, una lata de sardinas, dos caldos de pollo y sazones en polvo en el colmado, compra que paga con su tarjeta Solidaridad de RD$825.
Esteban ronda los 80 años, ha sobrevivido a una trombosis y este día dice sentirse “aliviado”, como quien ve disminuir las dolencias de la vejez. Delante de su choza inclinada se levantan unas varas, ya con su cobija de zinc. Un político -dice- está construyéndole su nueva vivienda, que al menos luce nivelada y estable.
La de Elupina Soler Vicente -86 años- está terminada y pintada de azul. Mientras le hacían su casa, la anciana vivía donde su vecina Única -haitiana- quien enviudó hace unos meses.
Su nieto Claudio Montero -19 años- ha retomado la escuela y está en octavo grado. En mayo pasado, cuando DL visitó el municipio más pobre del país, tenía una siembra de habichuelas en una parcela prestada, pero como en esta estación hay escasas lluvias y no tiene sistema de riego, no se está dedicando a la agricultura. En cambio, ahora está vendiendo quinielas porque los ingresos de esta familia dependen básicamente de una tarjeta Solidaridad, de apenas RD$1,225.
Pero en general, la ayuda recibida por el pueblo ha sido de personas solidarias, no de las autoridades. El hospital del pueblo sigue a medio construir; el Centro de Atención Primaria es para consultas menores; el liceo sigue funcionando en un local prestado sin puertas en los baños aun habiéndose presupuestado su construcción y comprado el terreno; una de las escuelas -la Enriquillo, en Cañada del Barrero- tiene paredes agrietadas y con las esquinas huecas, afectadas por derrumbes de tierra. La única necesidad a la que han respondido las autoridades ha sido el asfaltado.
Conforme al mapa de la pobreza, el 92.5% de los hogares de este municipio son pobres y el 61% vive en la pobreza extrema. Juan Santiago-en la provincia Elías Piña- está a 249 kilómetros de Santo Domingo.