Nueva York, 2 nov (EFE).- Nueva York celebra mañana la primera edición de su popular maratón después del atentado con bombas que en abril pasado se cobró la vida de tres personas en Boston, por lo que la ciudad ha aumentado las medidas de seguridad para la ocasión y ha ubicado hasta 100 cámaras a lo largo del recorrido.
Los organizadores registrarán todas las bolsas que se lleven a cualquier sitio cercano a la carrera, los familiares de corredores que quieran acercarse a la línea de meta deberán pasar un control especial, y el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, ha asegurado que el despliegue policial será mayúsculo.
“El departamento de policía desplegará muchas medidas de seguridad, y la mayoría de ellas no serán visibles”, indicó Bloomberg el martes en una rueda de prensa, en la que emplazó a los neoyorquinos a llamar al número telefónico de emergencias 911 si se percatan de cualquier actividad sospechosa.
A lo largo del recorrido del maratón se han ubicado cien cámaras móviles de vigilancia que la policía de Nueva York compró para la ocasión tras el atentado de Boston y que se añadirán a los centenares de agentes desplegados -uniformados y de paisano-, a los perros rastreadores, a los helicópteros que sobrevolarán la ciudad y a los barcos policiales que vigilarán desde los ríos.
También es esta la primera edición de la carrera después de que el año pasado se cancelase la edición de 2012 por el paso, seis días antes de la prueba, del huracán “Sandy”, que inundó una quinta parte de la superficie de la ciudad, donde causó además 44 muertos y graves daños, efectos que todavía siguen siendo visibles en numerosas zonas.
Aunque la primera reacción del alcalde fue mantener el maratón -previsto para el día 4 de noviembre-, las críticas y la polémica que suscitó celebrar un acontecimiento de tal calado en una ciudad en la que muchos de sus habitantes seguían sin luz, transporte público y otros suministros esenciales, llevó finalmente a cancelar la carrera.