Hace aproximadamente un año, un grupo de investigadores publicaron los resultados preliminares de una vacuna llamada rVSV-ZEBOV. Los resultados fueron muy prometedores: en los primeros en ensayos nadie que fue vacunado tras entrar en contacto con un paciente con Ébola la contrajo posteriormente.
Ahora, un equipo internacional acaba de publicar los resultados finales y parece que la vacuna es extremadamente efectiva. Con muy pocos efectos secundarios, parece que estamos en disposición, por primera vez desde 1972, de mandar al Ébola al cajón de la historia.
Un importante esfuerzo
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El ensayo dirigido por la OMS incluyó a 12.000 personas (unas 6.000 vacunadas y otro tanto que hacían de grupo control). Mientras que en los vacunados no enfermó nadie, en los no vacunados enfermaron 23 personas. Parece una cifra pequeña, pero es bastante alta teniendo en cuenta que cuando empezó el ensayo el brote de Ébola se había acabado prácticamente.
Esto hacía difícil hacer un ensayo tradicional: en el que se coge un gran grupo de personas y se les divide al azar entre tratados y no tratados. Por lo que usaron lo que se denomina “vacunación en anillo”, un método empleado en la erradicación de la viruela.
La idea es sencilla, aunque implementarla es algo más complejo: cuando se encuentra un nuevo caso de la enfermedad, los equipos médicos vacunan a sus familiares, amigos o personas cercanas. Tras un par de años de monitorización, los investigadores fueron capaces de encontrar 117 casos distintos. En cada caso, seleccionaban a en torno a 80 personas que pudieran estar, por cercanía, en peligro de contagio y vacunaron a la mitad eligiéndolos al azar.
Cuando empezaron a ver los resultados, los investigadores decidieron cambiar la metodología. Eran tan buenos que había que vacunar a todo el mundo, niños incluidos. Solo 80 casos tuvieron efectos secundarios graves tras recibir la vacuna.
Un éxito internacional
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“Este ensayo, que confirma una eficacia del 100% de la vacuna, es un resultado notable. Hemos demostrado que trabajando en colaboración, a través de fronteras internacionales y sectores, podemos desarrollar vacunas y pruebas rápidas y utilizarlos para acabar con las epidemias”, explicaba Jeremy Farrar, del Wellcome Trust una de las instituciones que han colaborado en el proyecto.
Es cierto. Como dice John-Arne Röttingen, uno de los investigadores del estudio, “la crisis del ébola es uno de los pocos éxitos de respuesta internacional coordinada”. En los pocos meses que duró el brote, se pusieron en marcha 15 ensayos clínicos. Y, de hecho, hay otras vacunas que se están desarrollando en estos momentos. La que desarrolló la Agencia de Salud Pública canadiense, por ejemplo, está a la espera de la aprobación de la FDA.
Lo único que falta por saber es cuánto dura la inmunidad que provee cada una de estas vacunas. No sabemos si seguirá siendo efectiva en 2, 5 ó 15 años y ya hay proyectos en marcha para averiguarlo. Sea como sea, la última gran epidemia de Ébola se llevó a unas 11.000 personas. Algo que, si todo va bien, no volverá a pasar. Hoy es un gran día.