En los primeros balbuceos tras la semana que permaneció inconsciente repitió el nombre de Juan, el joven que la acompañaba por la banquina de la ruta 226 cuando la atropelló una combi. Horas después, en un cuadro de shock que requirió la intervención de las enfermeras, llegó la hora de los gritos: “¡Me violaron todos, me violaron todos!”, repitió la chica, de 13 años, que presenta lesiones genitales compatibles con un abuso sexual que habría sufrido en una fiesta que se realizó en una casaquinta de las afueras de Tandil.
Lejos de la hipótesis de una relación sexual consentida a la que se estaría abrazando el fiscal Gustavo Morey, a cargo de la investigación, los familiares de la víctima creen que hay elementos suficientes como para probar que hubo abuso sexual con uno o más culpables.
“En la historia clínica consta que la menor presentaba himen edematizado, excoriaciones y sangrado anal y vaginal”, confirmó a LA NACION el abogado Maximiliano Orsini, que representa a la familia de la chica. Considera que este informe de médicos de dos hospitales de Tandil, donde la víctima fue atendida antes de su traslado a Mar del Plata, deja en evidencia que hubo violación. “No es casualidad que apenas se despertó hiciera referencia a la violencia que sufrió”, acotó el letrado.
La causa judicial tiene hasta el momento magros avances y aún no contempla la calificación de abuso sexual. El fiscal recibió algunos testimonios de participantes de la fiesta, entre ellos el de un joven de 20 años, llamado Lucas, que reconoció haber tenido relaciones con la menor en esa ocasión. Algunos de sus amigos habrían ratificado esa versión en la misma sede judicial. Por el momento no hay imputados.
Orsini critica el desempeño del fiscal. Plantea, en principio, la falta de un médico legista que constatara de inmediato las lesiones que la menor tenía en el cuerpo. “Tenía arañazos en los muslos, el abdomen y el pecho”, afirma el abogado, que hoy aportará a la fiscalía una fotografía con detalles de esas marcas.
Antes había apuntado a Morey por la demora en la toma de medidas. Por ejemplo, el allanamiento a la casaquinta donde se hizo la fiesta. Recién se hizo a mitad de semana, cuatro días después del hecho que se investiga. “Hubo tiempo para limpiar toda evidencia”, advierte Orsini.
La propiedad está emplazada a la altura del kilómetro 169 de la ruta 226, en las afueras de Tandil. Hasta allí llegó la menor, casi a la medianoche del sábado 4, para sumarse a la fiesta, donde estuvieron unas 30 personas, en su mayoría hombres y casi todos mayores de 20 años. Y alentada por el citado Lucas, con quien había compartido buena parte de la noche, optó por quedarse cuando sus amigas decidieron partir. “Cuando nos fuimos sólo quedaban ella, el que pasaba música y ocho o diez muchachos”, contarían horas después.
Ya casi amanecía cuando, en compañía de un joven de 26 años, la menor se alejó de la casaquinta caminando por la banquina de la ruta, donde los atropelló una Mercedes-Benz Sprinter. El conductor llamó al 911 y un servicio de emergencias acudió al lugar. A la menor la trasladaron primero al Hospital Municipal Ramón Santamarina y luego, una vez que se constató su edad, al Hospital de Niños Blanco Villegas. Orsini destaca que en la guardia de ambos establecimientos los profesionales advirtieron los indicios de abuso sexual que constan en la historia clínica.
Una vez en el Hiemi se constató que tenía algunas hemorragias derivadas de un traumatismo craneal. Anteayer comenzó a despertar y en las primeras horas de la víspera tuvo las reacciones en las que hizo mención al ataque sexual que habría sufrido durante aquella fiesta.
Funcionarios del Centro de Protección a la Víctima del Ministerio de Justicia bonaerense asistieron desde un primer momento a los padres de la chica. El organismo les proveyó una habitación en el hotel del Servicio Penitenciario en esta ciudad, dado que no tenían dónde quedarse mientras esperaban la evolución de su hija en el Hiemi, según informaron a LA NACION fuentes del ministerio que conduce desde este mes Gustavo Ferrari.
(Por Darío Palavecino/La Nación)