Santo Domingo, RD.- El cardiólogo Pedro Ureña expresó indignación por la retención de que fue objeto con siete profesionales el pasado sábado por más de dos horas y 30 minutos por una turba de más de 100 haitianos machetes, colines, punzones, hachas y otras armas en la carretera internacional en la parte dominicana con Haití, que protestaban por la incautación de una motocicleta sin documentos en Dajabón.
Narró a El Sol de la Mañana que fueron rodeados rápidamente por una turba cuando realizan turismo interno, próximo a un cuartel donde había dos militares con M-16 y no actuaron.
El reconocido cardiólogo Pedro Ureña explicó que al salir con el grupo de Bahía de Las Águilas y tomar la carretera Internacional como a 25 kilómetros antes de llegar a Restauración, fueron sorprendidos por la turba de más de 100 haitianos armados que protestaban por la incautación de una motocicleta en Dajabón a un haitiano que no tenía documentos.
Contó que les retiraron los celulares, las llaves, incautaron los motores y los empujaron; es decir, hubo un desastre.
Sostuvo que fueron colocados en un rincón con otros 10 dominicanos que estaban también retenidos, y que había varios incendios en la carretera internacional del lado dominicano y estaba bloqueada.
El doctor Pedro Ureña narró que los dominicanos estaban retenidos recomendaron que no se quitaron los cascos, que no hablaran, ni dijeran nada, porque había jóvenes muy agresivos y eran controlados por personas mayores.
Explicó que salieron de esa situación no porque dieron dinero sino porque los otros dominicanos retenidos dijeron a la turba que eran americanos, por lo que después de negociaciones fueron dejados libres y devolvieron los motores.
El doctor Pedro Ureña destacó que lo más indignante es que en el punto donde estaban había dos militares dominicanos con M-16, parados, a quienes pidieron que actuaran y que respondieron que no podían interferir.
“En mi país somos atacados por una turba de extranjeros y el Ejército Dominicano que está supuesto a defendernos, lo que me dicen es que no puede interferir. Yo creo que eso es algo insólito, yo creo que en ningún otro país del mundo puede pasar algo así donde mis autoridades, mis autoridades, permitan una cosa así, y realmente te dijo que nosotros nos quedamos con la boca abierta, todos estamos en la misma situación”, indicó.
Proclamó que gracias a Dios salieron con vida y que se siente dichosísimo de eso, pero que jamás pensó que podía vivir una situación como esa en su país.
Fue consultado del incidente a propósito de un comentario que este lunes hizo Julio Martínez Pozo, coordinador de El Sol de la Mañana.
El cardiólogo Pedro Ureña estaba acompañado Johnny Aquino (cardiólogo), Luis Andrés Cordero (Cirujano), el ingeniero Gilberto Ureña, Óscar Valiente, Diego Cordero y el abogado Rafael Ureña.
El doctor Pedro Ureña dijo que fueron retenidos como desde las 3:00 hasta las 5:300 de la tarde.
Manifestó que cuando lograron salir preguntaron en el próximo cuartel militar que si sabían lo que estaba pasando y el guardia que estaba allí respondió que “Ah lo dejaron salir, qué bien”.
Dijo que en la noche cuando llegaron a Restauración supieron que la turba soltó a los demás dominicanos retenidos, que eran como diez adicionales, porque aparentemente devolvieron en Dajabón el motor incautado al haitiano.
“Y gracias a eso entonces soltaron al resto de los dominicanos”, señaló.
El doctor Pedro Ureña manifestó que los dominicanos expresaron que la retención de personas ocurre a diario en la Carretera Internacional del lado de la República Dominicana.
No culpó a los haitianos porque son personas pobres y que no tienen nada que perder pero que además saben que no hay ninguna consecuencia por lo que siguen haciendo eso.
Enfatizó que eso es “!Increíble!” y que los dominicanos retenidos expresaron indignados que no son representados por nadie, cuidados ni protegidos.
El doctor Pedro Ureña señaló que eso pobres campesinos e infelices, que viven de sus vaquitas, duraron un día entero para ser liberado por la turba de haitianos armados machetes, cuchillos, colines, hachas y otros objetos.
Insistió en que sus vidas estuvieron en peligro sin que las autoridades hicieran nada para liberarlos de la turba, lo que es lo peor.
El reconocido cardiólogo puntualizó que siente indignación, tristes y de todo un poco por lo sucedido.
Señaló que estaban haciendo turismo lo que hacen frecuentemente y la zona que más visitan es la del sur, por su belleza y también por su pobreza para contribuir a enfrentarla.