Yo me levanto todos los días a las 6:00 de la mañana para ir a mi trabajo, y es asustada, me han asaltado tres veces. En las tres, me han llevado los documentos, el celular y el dinero, y aunque no me han golpeado, siento mucho miedo”, cuenta Dulce, empleada de un salón de belleza en el sector Miraflores.
La violencia, en todas sus manifestaciones, parece haber inclinado su balanza hacia las mujeres, sin importar la actividad económica que estas realicen, lo que provoca incertidumbre, temor e inseguridad, ya sean ellas víctimas o testigos de los hechos. Esto sin obviar, por supuesto, que muchos hombres tampoco escapan a esta realidad.
Blanco de la delincuencia en las calles, las mujeres son víctimas de robos de carteras, celulares y otros objetos de valor, que suelen ocurrir en el trayecto a sus lugares de trabajo o estudios. A esto se suma la violencia intrafamiliar con más de 40 feminicidios y 64,000 denuncias en lo que va de año.
Mechy es una empleada privada que narra cómo la ola delincuencial la ha llevado a cambiar sus hábitos, tras ser despojada de sus pertenencias en dos carros públicos en la avenida Expreso V Centenario, uno de estos en un vehículo rotulado.