Santiago. “Ese hombre le daba golpizas tres veces por semana. Mi hija vivió doce años encarcelada, sometida a todo tipo de maltratos y sin poderla ver y ahora también se va con mis cuatro nietas sin saber de ellas”.
Con esa frase definió Antonio Díaz Estévez, el padre de Esmeralda Díaz, la amargura que vivió su hija de 24 años, al lado de su pareja sentimental Daniel Alfonso Peralta, quien le quitó la vida de un disparo en la cabeza, en hecho ocurrido el pasado lunes en el barrio Santa Lucía, del sector Cienfuegos.
Tras cometer el hecho de sangre, el agresor huyó con las cuatro niñas de diez, siete, seis y cuatro años de edad. Algunos medios publicaron de su supuesto apresamiento, pero la familia lo desconoce.
“Al presidente Danilo Medina que se ponga los pantalones, porque aquí no hay justicia para los pobres y nadie nos oye. Los adinerados son los dueños de este país. Mi hija sometió varias veces a este hombre y nunca le pusieron caso”, apuntó Antonio Díaz.
El cuerpo de Esmeralda Díaz Estévez tuvo que ser velado en una casa prestada de la Calle 10 de Cienfuegos debido a que la vivienda de su progenitor, ubicada en el barrio San Miguel de El Ingenio, colapsó con el paso del huracán María.Ivelise Díaz recuerda que cinco años atrás, en el 2012, el asesino de su hermana fue sometido, aunque reconoce que ésta en una ocasión retiró la querella, debido a las condiciones de precariedad económica en que dejaría a las niñas.
“Yo tenía dos años que no la veía a mi hermana Esmeralda, porque le tenía prohibido que lo hiciera. Como yo dejé a mi exesposo por agresión, él pensaba que si me acercaba a ella le pediría que hiciera lo mismo”, expresa Ivelise Díaz.
El estado de secuestro en que la mantenía su cónyugue era tal, que Daniel Alfonso Peralta ni siquiera le permitió que asistiera al cumpleaños número 69 de su padre Antonio Díaz (Fonso). Los familiares de la dama reclaman se haga justicia y que apresen al matador, aunque advierten que este tiene influencia y en otras ocasiones ha comprado favores de la justicia y de la policía.