Ovacionada por miles de espectadores, la estadounidense Sonya Thomas batió el miércoles su récord como mayor comedora de ‘hot dogs’ del mundo, tras engullir 45 bajo un calor sofocante y en tan sólo diez minutos, en el tradicional certamen del 4 de de julio en Nueva York.
En un ambiente de jolgorio popular, y a los gritos de “¡USA! ¡USA!”, Sonya mojó cada uno de los panes en agua para comerlos más rápido y logró batir su marca de 2011, de 40 hot dogs, y derrotar a las otras 13 competidoras, de las cuales la más joven tenía apenas 19 años.
Con 44 años y 45 kilos de peso repartidos en 1,60 metros de altura, la radiante Thomas, de origen surcoreano, explicó que este año se había fijado el objetivo de devorar 45 ‘hot dogs’, equivalente al número de años que cumplirá a fin de mes. De pantalones cortos, zapatillas rosadas y el pelo atado en una cola de caballo, la ganadora se zambulló entre el público, con una bandera de Estados Unidos sobre los hombros.
El campeón de la competencia masculina, el californiano Joey Chestnut, de 28 años y 95 kilos, también mantuvo su título, por sexta vez consecutiva, al tragarse 68 ‘hot dogs’, igualando su récord y superando a sus 14 rivales, incluyendo al segundo, que se comió 52. A pesar del calor abrasador, miles de personas asistieron a la competencia, que tradicionalmente se lleva a cabo el 4 de julio, feriado nacional por el Día de la Independencia, en Coney Island, al sur de Nueva York.
El concurso de la persona que come más ‘hot dogs’, o emparedados de salchicha, existe desde hace 97 años. Su primera edición tuvo lugar en 1916 y el ganador había comido 13 ‘hot dogs’ en 10 minutos. Según la leyenda, la idea de realizar esta competición surgió entre cuatro inmigrantes que querían determinar cuál de ellos era el más estadounidense.
Desde el año pasado, las mujeres tienen derecho a una competencia separada de los hombres. “Es bueno porque tenemos una garganta más pequeña, que no puede tragar demasiado rápido”, había dicho Thomas a la AFP antes del concurso. “Me gusta la competición, es mi pasatiempo y es mi deporte”, comentó entonces. “Mentalmente, sé que lo puedo hacer”. Desde siempre, aseguró, logra comer mucho. Sin embargo, tuvo que aprender a hacerlo rápido.
Thomas, que se considera una deportista, juega al básquetbol, al ping-pong y practica muchas otras actividades físicas. Pero nunca sobresalió en ninguna. Los concursos alimentarios, numerosos en Estados Unidos, le permitieron brillar. En diez años, esta mujer que sólo come una vez al día, aseguró haber cosechado 39 récords mundiales.
A Thomas le gustan los ‘hot dogs’, pero con moderación. Pero no hay tiempo de saborearlos si hay que comerlos rápido. En realidad, lo que prefiere es comer mariscos, su especialidad: desde 2005 detentael récord mundial en todas las categorías como comedora de ostras, tras ingerir 47 docenas (564 unidades) en ocho minutos en Nueva Orleans (sur).
“Superé a los hombres, nadie me puede ganar”, aseguró. Los langostinos también son parte de sus predilectos, y es experta comedora de alas de pollo, con 183 devoradas en 12 minutos, un logro obtenido en septiembre pasado. “Soy una comedora por naturaleza”, dijo. “Pero entrené, por eso llegué hasta aquí”.
La campeona aprecia particularmente la fama. “Estoy orgullosa de mi misma, soy una especie de celebridad. La gente me reconoce, estoy contenta”, indicó con una gran sonrisa. Para prepararse, no comió casi nada el martes, aunque sí un poco. “Porque necesito energía”, reconoció. Después del concurso ella sabe que no puede alimentarse durante 12 horas. Tiene previsto salir a caminar y hacer un poco de deporte.
“No tengo ningún problema de salud”, aseguró, agregando que es controlada por un médico. Thomas trabaja en un restaurante de comida rápida y hasta hace poco se alimentaba con patatas fritas todos los días. También le encantan los refrescos. Entusiasta, espera seguir compitiendo “hasta los 70 años”, siempre y cuando su médico la deje.