Rafael Pujols
MAO.- La muerte de una joven estudiante de término de medicina, quien falleció en la sala de cirugía de un centro clínico privado cuando era sometida a una operación para reducirle los senos, ha causado una gran consternación y tristeza en este Municipio de la provincia Vaverde.
Rafelina Fracisca Taveras Jiménez, de 22 años de edad, a quien solo le faltaba un semestre en la Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA) para graduarse de doctora en medicina, murió de un paro respiratorio, según datos preliminares, momentos después de haber iniciado la cirugía que la dejaría con los senos y el abdomen reducidos y los glúteos aumentados.
La licenciada María Rodríguez, madre de crianza de la occisa y quien fue la primera en recibir la noticia de la muerte, dijo que el cirujano le informó que a la paciente le fue succionada parte de la grasa de la espalda y del abdomen, y en ese momento “hizo un paro, hubo que intubarla”, pero no valieron los esfuerzos para salvarle la vida.
Sostuvo que en el momento de la muerte los senos de la joven todavía no habían sido tocados, pero ya estaban marcados en las zonas por donde pasaría el bisturí.
Expuso que previo a iniciar la cirugía, la joven estudiante estaba “muy ansiosa y asustada” e incluso, antes de entrar al quirófano tenía la presión alta.
Aseguró que el personal médico y de enfermería le pedían respirar profundo y tratar de calmarse, a lo que ella respondía con una sonrisa, pero todos entendían que esa actitud es normal en pacientes que van a recibir intervenciones quirúrgicas, según explicó la licenciada Rodríguez.
Expresó que la estudiante pagaría RD$ 110,000.00 por la operación, de los cuales ya había avanzado al cirujano RD$100,000.00, y pagaría los restantes RD$10,000.00 el lunes cuando le dieran de alta.
Afirmó que Rafelina, quien era una joven muy alegre y entregada a sus estudios, estaba muy ilusionada con la operación que la dejaría con sus senos y el abdomen reducidos, y sus glúteos aumentados, “todo por RD$110,000.00”.
Según las declaraciones de la madre de crianza, Rafelina tenía los senos muy grandes, lo que le generaba fuertes dolores en la espalda, razón principal por la que desde que tenía quince años de edad, “ella quería operarse”.
“Su madre no quería que ella se operara en Mao, pero ella confiaba mucho en el cirujano”, precisó.
Rafelina Fracisca Taveras Jiménez vivía en el sector Fuerte Azul, en Mao, junto a sus padres Zunilda Jiménez y Rafael Taveras, ambos vendedores de frutas y vegetales en una caseta del mercado público de este municipio.
El cuerpo sin vida la joven fue enviada al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) en Santiago, donde le fue practicada una autopsia, para determinar las verdaderas causas de la muerte.
La occisa recibía las honras fúnebres en la funeraria San Judas Tadeo de aquí, por donde pasan cientos de personas, incluyendo las autoridades locales y provinciales a solidarizarse con la familia.