SANTIAGO.-El propulsor del movimiento “Por el Rescate del Espacio Público”, quien logró una sentencia en la Suprema Corte de Justicia de ilegalidad del sistema de estacionamiento regulado en la ciudad de Santiago, licenciado Hipólito Martínez, rechazó ayer la propuesta hecha por empresarios de Santiago de reinstalación de ese sistema.
Martínez manifestó que el tema de los parquímetros está jurídicamente aniquilado por una sentencia del 30 de junio del 2010, que declara como ilegal dicho sistema, emitida por la Suprema Corte de Justicia, por lo que no tiene ninguna probabilidad de ser reinstalado.
En tal sentido dijo que el Ayuntamiento como ente administrativo del municipio junto a las demás entidades tiene y debe hacer un plan de tránsito y transporte, para regular la circulación y estacionamiento de vehículos mediante la construcción de parqueos públicos en la ciudad.
“Los parquímetros fue un sistema que desangró los bolsillos de los santiagueros, razón por la cual no entendemos porque el Consejo Estratégico de Santiago y los empresarios se empeñan en devolver la ilegalidad a Santiago”, expresó.
Hipólito Martínez fue reiterativo en señalar que las autoridades municipales no han hecho el esfuerzo para mantener organizado el tránsito y estacionamiento en el casco urbano o centro histórico, lo que podría resolverse con la habilitación de parqueos, pero sin privar a la población del derecho a utilizar los espacios públicos.
El Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago (CDES) y la Asociación de Comerciantes e Industriales de Santiago (ACIS), propusieron ayer articular soluciones a problemas del municipio entre lo que consideran como oportuno rescatar los parquímetros, como posible solución, a la situación del tránsito en el Centro Histórico de la ciudad.
La lucha de rechazo al sistema de regulación de estacionamiento en el centro de la ciudad de Santiago, fue llevado hasta la Suprema Corte de Justicia, debido a que los encarado del proyecto pensaron más en lo económico, que en la organización del tránsito.
Esto así, porque extendieron la colocación de los aparatos recaudadores más allá del límite establecido inicialmente, llegando hasta zonas residenciales, donde obstruían el libre desenvolvimiento de sus actividades habituales, en su empeño, porque colocar medidores.
Debido a esa situación la irritación de apoderarse de los ciudadanos, que no vieron en las autoridades el interés de regular el tránsito y aparque amiento en el centro de la ciudad, sino más bien el interés económico.
Las mismas autoridades municipales han sido propiciadoras del desorden y el caos que existe en el casco urbano, porque en vez de controlar la cantidad de carros del transporte público, lo auspician con el otorgamiento de nuevas franjas y creación de nueva rutas urbanas.
No han pensado en ningún momento en la habilitación de parqueos públicos, para dar acogida al gran volumen de vehículos que cada día entran al casco urbano de la ciudad, la cual se caracteriza por tener calles estrecha, lo que hace más precario el tránsito.