La población mocana está hastiada, cansada, desesperada, sin ayuda y protección, por los tantos robos, atracos y delincuencia que afecta a toda la sociedad, que lo tiene al garete.
Los mocanos se sienten inseguros y secuestrados por la ola de robos y alta delincuencia que arropa a la comunidad, que ve como a cada minuto, segundo y hora se produce un robo a plena luz del día en las calles de Moca.
Se afirma que la delincuencia se ha tomado a Moca y mantiene secuestrado a todos los pobladores, que sin salen son alcanzados por las manos de los delincuentes, que no andan bajo la sobra, sino bajo la vista de todo el mundo.
A diario, en la noche y la madrugada, Moca es azotada desviadamente por los delincuentes, que sin importar clase social y económica, penetran a las casas y hogares sin importar, como si se tratara de una propiedad de ellos, los delincuentes.
No han valido las reuniones, protestas de la población, de las iglesias, juntas de vecinos, organizaciones sociales, empresarial, comercial, culturales y deportivas, que piden a las autoridades del gobierno y la policía, tomar control de las calles de Moca, sus barrios y campos.
En estos lugares, Juan López, San Víctor, Zafarraya, Estancia Nueva, La Soledad, Guaucí, Las Lagunas, el casco urbano de Moca, con sus barrios, la delincuencia es un azote y una zozobra permanente.
Cálculos estimados afirman que familias de viejos robles con raíces en el comercio, la agricultura y otras actividades económicas, comienzan a abandonar el pueblo para irse a residir en el extranjero.
Están vendiendo sus pertenencias y negocios para abandonar el país, ya que no aguantan el estado de inseguridad en que vive Moca y el país, donde no se le brinda ninguna seguridad a sus negocios ni a los miembros de la familia y la sociedad en general.
Se van de Moca, a residir en el extranjero, específicamente a los Estados Unidos; New York, donde realmente se siente seguro y se aplica la justicia y las leyes.
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