El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, instó hoy a EE.UU. a esclarecer “cuanto antes” las últimas revelaciones de la plataforma Wikileaks acerca del espionaje al Banco Central Europeo (BCE), la canciller Angela Merkel y varios ministerios alemanes.
“Espero que por parte estadounidense se contribuya a aclarar” esos casos, apremió Steinmeier, para advertir que no debía permitirse que las relaciones transatlánticas salieran “dañadas” por la situación.
El jefe de la diplomacia alemana hizo esta declaración en una comparecencia conjunta con su colega checo, Lubomir Zaoralek, y después de que ayer el ministro de la Cancillería, Peter Altmaier, citara al embajador de Estados Unidos, John B. Emerson, a su despacho para pedirle explicaciones.
La citación siguió a las informaciones difundidas, asimismo ayer, por diversos medios, incluido un informe sobre una conversación telefónica de Merkel sobre Grecia de 2011, captada por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), donde la canciller expresaba sus dudas sobre la reestructuración de la deuda griega.
Estas revelaciones, además de incidir de nuevo en las prácticas del espionaje estadounidense, comprometen a la canciller, insistió hoy la oposición integrada por Verdes y La Izquierda, puesto que al parecer cuatro años atrás ya dudó del sentido de las ayudas a Grecia que entonces se barajaban.
Junto a esta comunicación, salieron de relieve otras escuchas, entre ellas a un departamento del BCE y unas sesenta líneas telefónicas de ministerios, en especial los de Economía, Finanzas y Agricultura, lo que apunta a un especial interés por parte del espionaje de EE.UU. por asuntos económicos y comerciales alemanes.
Estas escuchas a los ministerios de practicaron desde los años 90 y algunas de esas líneas siguen activas, como la que actualmente usa la secretaría del Ministerio de Finanzas de Wolfgang Schäuble.
Las revelaciones de Wikileaks sobre el llamado “espionaje entre aliados”, con Alemania como objetivo, siguen a las difundidas unos días atrás referidas a Francia, según las cuales los presidentes franceses Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy y François Hollande fueron objeto de escuchas al menos desde 2006 hasta mayo de 2012.
A esas informaciones siguió una airada reacción de Hollande, quien mantuvo una conversación telefónica con el presidente estadounidense, Barack Obama, que, según el Elíseo, se comprometió ante su colega francés a acabar con el espionaje entre aliados.
