El Ministerio Público sostiene que el exministro de Obras Públicas, Víctor Díaz Rúa, se valió de relacionados y familiares para ocultar el incremento desproporcionado de su patrimonio, que considera “inimaginable a la luz del salario de cualquier funcionario público”, entre estos su yerno Leonardo José Guzmán Font-Bernard, quien no está imputado.
El ente acusador reafirma que, entre octubre 2004 y septiembre de 2006, Díaz Rúa aumentó su patrimonio en RD$89,575,748.88. “Mágicamente lo logró con un salario de RD$75,101 como director del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (Inapa)”, dice la acusación de más de 500 páginas que ayer, por segundo día, se continuó leyendo en el juicio de fondo contra seis imputados por US$92 millones en sobornos que Odebrecht pagó para asegurarse obras públicas.
El Ministerio Público reafirma que el fruto de ese patrimonio “deviene del dinero ilícito producto de los actos de corrupción cometidos en perjuicio del Estado y del pueblo”.
Reitera que, a raíz de su designación como ministro de Obras Públicas, Díaz Rúa presentó una nueva declaración jurada de fecha 10 de octubre de 2008, de que poseía un patrimonio neto de RD$414,083,066.53, “reflejándose un aumento de más de 200 % de su patrimonio, en relación con la declaración presentada el 15 de septiembre de 2006”.
“Al efecto, el enriquecimiento ilícito del imputado ya a esta fecha era por más de RD$300,000,000, según sus propias declaraciones juradas, lo que hace de esta una prueba incontrovertible”, dice el Ministerio Público.
“Los RD$7,376,464.67 que percibió el imputado Víctor José Díaz Rúa por concepto de sueldos durante su paso por la administración pública, no guarda relación con los ingresos millonarios que manejó durante el mismo periodo, ni con el estilo de vida de consumo excesivo que reflejan sus productos financieros”, asegura.
El Ministerio Público reitera que “es evidente” el entramado para el ocultamiento de bienes y la falsedad de las declaraciones juradas del imputado, toda vez que había una red de sociedad mediante la cual distrajo y escondió su riqueza. “Al ocultar la existencia de estas sociedades, comete falsedad, lo que, por vía de consecuencia, se constituye en evidencia suficiente de enriquecimiento ilícito”, afirma.