SANTO DOMINGO. La salida de la Misión de Estabilización en Haití (Minustah), dio paso a un reforzamiento de la frontera dominicana para enfrentar cualquier situación que pudiera generarse desde la vecina nación.
El ministro de Defensa, teniente general Rubén Darío Paulino Sem, confirmó ayer que unos 800 nuevos uniformados fueron sumados a la seguridad para salvaguardar la zona fronteriza.
Desde julio pasado, las policías de Haití y República Dominicana acordaron el establecimiento de oficiales de enlaces ubicados en ambos países para facilitar el intercambio de información que ayude a contrarrestar el crimen. La decisión fue tomada en un encuentro que contó con la participación del jefe del componente policial de la Minustah, Georges-Pierre Monchotte, ante su retiro.
En torno al tema, Paulino Sem precisó que la frontera está reforzada desde antes de la salida de la Minustah.
Al ser cuestionado respecto a cuántos nuevos militares fueron incorporados, se limitó a responder: “De reforzó con 800”.
La Minustah culminó el pasado domingo la labor que realizaba desde hace 13 años en Haití, con más de 2,300 cascos azules.
A partir de este lunes se inició una nueva misión dispuesta por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Se trata de la Misión para el Apoyo a la Justicia en Haití (Minujusth), integrada por 7 unidades de Policía con 295 oficiales, los que estarán por un periodo inicial de 6 meses. La meta es fortalecer las instituciones, el sistema judicial y apoyar a la Policía haitiana en defensa de los derechos humanos.
Haití, con casi 11 millones de habitantes, cuenta con un cuerpo policial de 15 mil agentes, y trabaja en la conformación de sus nuevas Fuerzas Armadas que dispondrá inicialmente de 500 reclutas.
Para el profesor y experto en asuntos migratorios, Juan Manuel Rosario, la salida de la Minustah implica que la República Dominicana como Estado debe fortalecer un régimen fronterizo para garantizar y prever cualquier situación que provenga del debilitamiento del control interno de la vecina nación.
“La Minustah llegó a Haití con el propósito de controlar algunas situaciones de anarquía que se daban y que si bien es cierto que algunas situaciones pudieron controlarse en el interior de ese país, no existen las condiciones necesarias para evitar que un limitado control del movimiento de su población afecte de manera negativa a la República Dominicana”.
Recalcó que el Estado dominicano y sus autoridades deben tomar las medidas preventivas para enfrentar cualquier eventual movimiento que pudiera afectar a la República Dominicana procedente de ese país.
El excongresista y presidente de la Fuerza Nacional Progresista (FNP), Pelegrín Castillo, aseguró que la Minustah sale sin que ninguno de los problemas estructurales propios de un Estado fallido se hayan superado.
“El retiro de la Minustah por sí mismo no debería crear problemas, el problema grave lo crea la equivocada política del Estado dominicano y sectores de sus clases dirigentes”, apuntó.
La Minustah llegó a Haití en el 2004, en momentos en que esa nación enfrentaba una grave inestabilidad política por el derrocamiento del entonces presidente, Jean-Bertrand Aristide. En esa ocasión llegaron con un despliegue de una fuerza multinacional de 6,700 militares, los llamados cascos azules, además de 1,622 policías civiles destinados para restablecer el orden.
Tras el terremoto del 2010, tuvo que ampliar su número a casi 9,000 militares y más de 4,300 policías para las labores de ayuda humanitaria y del restablecimiento del orden, y en abril pasado anunciaron que pondrían fin a la misión, lo que se consumó el pasado domingo 15 de este mes.