TEHERÁN, (AFP) – Decenas de miles de personas salieron este miércoles a las calles de varias ciudades de Irán para apoyar al gobierno y condenar las manifestaciones de protesta de los últimos días.
Llevando pancartas que denunciaban a los “agitadores”, los manifestantes gritaron lemas a favor del guía supremo, el ayatolá Ali Jamenei, pero también gritos de “¡Muerte a Estados Unidos!” o “¡Muerte a Israel!”, según las imágenes difundidas por la televisión oficial.
La cadena mostró imágenes en directo de multitudinarias manifestaciones en las ciudades de Ahvaz (suroeste), Arak (centro), Ilam (oeste), Gorgán (norte) o Kermanshah (oeste), entre otras. “Ofrecemos a nuestro guía la sangre que corre por nuestras venas” gritaban también los manifestantes, algunos con banderas iraníes.
Las manifestaciones llegan tras una noche sin incidentes en la capital de Teherán, mucho más tranquila que las últimas noches, desde que el 28 de diciembre empezaron las protestas en varios puntos del país contra la situación económica y contra el gobierno. Las manifestaciones han dejado hasta ahora 21 muertos, en su mayoría manifestantes, y centenares de personas han sido arrestadas.
Estados Unidos volvió a criticar el martes a las autoridades iraníes, después de que el presidente Donald Trump apoyara en varias ocasiones las manifestaciones contra el gobierno.
La embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, pidió “reuniones de urgencia” del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York y del Consejo de Derechos Humanos, en Ginebra, para hablar de la “libertad” que reclaman los iraníes.
Por su parte el presidente iraní Hasan Rohani aseguró que los manifestantes son “una pequeña minoría” y dijo que el pueblo les iba a responder. También aseguró que si es necesario las autoridades movilizarán a millones de personas para poner fin a la violencia. El principal grupo reformador, liderado por el expresidente Mohamad Jatami, condenó la violencia y el “profundo engaño” de Estados Unidos.
Pobres bajo presión
En las calles de la capital, muchos habitantes aseguran comprender los motivos de las protestas, las más importantes desde 2009, en un país con una tasa de desempleo que alcanza el 40% entre los jóvenes.
Pero al mismo tiempo condenan la violencia. “La parte más pobre de la sociedad está realmente bajo presión pero no creo que continúen” las manifestaciones, dijo a la AFP Sakineh Eidi, una farmacéutica de 37 años en Teherán. “Incluso los que vandalizaron e incendiaron bienes públicos saben (…) que la inseguridad en el país no interesa a nadie”, aseguró.
Otros iraníes rechazan el discurso oficial según el cual las protestas son obra de potencias extranjeras. “No estoy de acuerdo, la gente ha llegado a un punto en el que ya no pueden tolerar la presión de las autoridades, ya no pueden más y ahora están en la calle”, dice Soraya Saadaat, de 54 años, que está en el paro.
La madrugada del miércoles fue relativamente tranquila en Teherán, donde en las tres noches anteriores hubo pequeñas manifestaciones, según los medios. La policía era menos visible en la capital, constataron periodistas de la AFP en el lugar.
En Teherán las autoridades arrestaron a 450 personas desde el sábado, según cifras oficiales, y a varios centenares en las ciudades de provincia. El martes, el ayatolá Ali Jamenei acusó a los “enemigos” de Irán de atacar al régimen, sin especificar de qué enemigos se trata.
Las autoridades acusan también a los Muyahidin del Pueblo de Irán, una organización en el exilio, de alimentar la violencia y de estar relacionados con Arabia Saudita, el gran rival regional de Irán.
El presidente iraní, en una entrevista telefónica con su homólogo francés Emmanuel Macron, pidió al gobierno francés que tome medidas contra este “grupo terrorista”, con sede en Francia, y que según él está implicado en las manifestaciones.
En este contexto el ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian, decidió aplazar una visita prevista al país.