Este domingo 22 desde las primeras horas se apreció un congestionamiento en las principales entradas de céntricas tiendas tradicionales donde las familias dominicanas se disponían a adquirir vestuarios, productos alimenticios, calzados y toda provisión que garantice la celebración del martes 24 como Nochebuena y la espera del miércoles 25 como primer día de Navidad.Entre los servicios a la intemperie más demandados lucieron mujeres que cosían y entretejían pelo postizo plástico y pelo humano, lo que acarreaba esperar en filas o debajo de una ‘matica’ para servirse de esa novedosa técnica e, igualmente, del depilado o arreglo de las cejas.Otros preferían degustar un helado, empanadas y toda comida rápida improvisada en plena vía duartiana que no se escapó al borbotón de desechos sólidos producido por los consumidores y por las empresas comerciales que se deshacen de plásticos, cartones o metales que protegen sus mercancías. Además, la diversidad de la compra fue notoria con la adquisición de televisores y algunos adornos navideños necesarios para amenizar los hogares.Niños y jóvenes fueron vistos con sus padres, abuelos y tutores en el trajín de comprar tenis, zapatillas, vestidos y carteras, mientras que, sus rostros languidecían de cansancio, en su defecto, adultos fatigados y los de menor impacto vociferaban, “ay no, hay demasiada gente, será después”. Todos sobreviviendo a la competencia económica y a la adquisición de servicios como las imparables compras de móviles celulares y periféricos telefónicos.