
LEXINGTON, Michigan, EE.UU. (AP) — Sara Ylen, una mujer que fingió sufrir de cáncer después de afirmar falsamente que había sido violada por un hombre que fue puesto en libertad después de pasar 10 años en la cárcel, fue acusada de fraude y otros delitos en un tribunal de Michigan. Y la comunidad que le prestó ayuda ha quedado impávida por el engaño.
Carol Connell recuerda que le hizo un regalo por considerarla una amiga que había sido víctima de mucho sufrimiento. Ylen, madre de dos hijos varones, dijo que combatía un tipo de cáncer pocos años después que un hombre la violó en el 2002, en el área de Port Huron, casi 100 kilómetros al noreste de Detroit.
La comunidad de Ylen, que había llegado a admirarla por ser el centro de una serie de artículos periodísticos que ganaron un premio en el 2003 sobre la supuesta sobreviviente a una violación, acudió en su ayuda cuando se conoció su diagnóstico de cáncer. Las iglesias vendieron sándwiches y realizaron remates para reunir dinero en beneficio de la mujer.
Sus amigos le cortaban el césped de su casa, le dieron baños en su modesta vivienda y le entregaron comida. Una compañía de seguros pagó casi 100.000 dólares por cuidados que le dieron en un hospicio.
A la mujer de 38 años se le acusa de fraude, intención fraudulenta y de usar una computadora para cometer un delito a raíz de que la policía estatal no encontró al médico que le diagnosticó el cáncer. Los cargos fueron hechos en momentos en que las personas que solían ayudar a Ylen vacilaban al conocer las noticias de que un hombre, James Grissom, que pasó casi 10 años en la cárcel por la supuesta violación, fue excarcelado el año pasado, después de que se halló nueva evidencia que ponía en duda que la mujer hubiera sido agredida.
“El hecho de que haya vivido tanto tiempo es un milagro. Pero después de todo no se trataría de un milagro… Estoy desconcertada. ¿Se trata de la mayor estafadora en el estado de Michigan o la víctima?”, manifestó Connell.
El caso de fraude no es la única preocupación de Ylen. En un condado vecino, se le acusa de haber presentado una falso reporte de violación el año pasado, e incluso de haberse valido de maquillaje para simular moretones.
Ylen y su abogado, Dave Heyboer, no respondieron mensajes telefónicos que se les dejaron. The Associated Press fue a la dirección que figura en los documentos judiciales, pero Ylen ya no vive ahí.
El diario Port Huron Times Herald publicó su historia en la que la mujer manifestaba su deseo de ser “victoriosa” y no una “víctima”. Los lectores, inspirados por la serie de artículos, abrieron un fondo para enviar a Ylen a un centro de estudios superiores.
Pero la mujer también se quejó ante las autoridades de que había sido secuestrada y violada durante una visita a sus padres en Bakersfield, California, pocos meses después de la violación en Michigan. No hizo una demanda judicial.
“A mi hija le gusta llamar mucho la atención”, dijo su padre Dale Hill, a las autoridades de Bakersfield en un reporte policial del 2001 que no fue conocido hasta después del juicio de Grissom. Hill le dijo a la AP esta semana que no había hablado con su hija por años y no sabía nada de sus recientes afirmaciones.
Hace sólo un año, Ylen estaba en una silla de ruedas en un remate de la Iglesia Croswell Wesleyan y una comida a beneficio en que se recaudaron 10.800 dólares.
El ex esposo de Ylen, Jim se abstuvo de hacer declaraciones sobre los cargos contra la mujer, pero los documentos del divorcio indican que desde hace mucho el hombre sospechaba que sus historias no eran ciertas. La pareja se casó en 1993 y se divorció en el 2011.
El matrimonio “se disolvió debido a las complicadas mentiras de la esposa, mentiras sobre violaciones, secuestros, embarazos y enfermedades —todo en un intento de controlar a otros mediante quejas de sus síntomas”, dijo el abogado de Jim Ylen, Aaron Cassell, en documentos judiciales.
El psicólogo Daniel Kachman que evaluó a la mujer como parte del divorcio le dijo al juez que a menudo, “por temor a sentirse rechazada podría retirarse de relaciones sociales dolorosas o decidir tener el papel de mártir”.