La primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, que cumplirá 50 años el viernes, ha decidido introducir el yoga en su exigente rutina de ejercicios, y no se le pasa por la cabeza someterse a una operación de cirugía estética, aunque cree que todas las mujeres deben ser libres de hacerlo si así lo desean.
Estas son sólo algunas de las confesiones que ha hecho Michelle Obama a la revista People en una entrevista con motivo de la celebración de su medio siglo de vida, una fecha que festejará el sábado con una fiesta desenfadada en la Casa Blanca.
Para la primera dama, en este punto de su vida “el cielo es el límite”, por eso seguirá buscando maneras de “tener impacto”, como madre y como profesional, una vez deje la mansión presidencial dentro de tres años.
Preguntada por si ya ha alcanzado el punto más álgido de su vida, Obama respondió: “No lo sé. Quiero decir, ser primera dama de los Estados Unidos es bastante elevado. Pero siempre he sentido que mi vida está en continua evolución. Tendré cincuenta y pico años cuando deje la Casa Blanca, y hay muchas cosas que aún debería hacer. No tengo derecho a acomodarme simplemente en mis privilegios”.
En declaraciones a la misma revista, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró seguir “asombrado” por su mujer, de quien dijo que es incluso “más guapa y más sabia” ahora que cuando se conocieron.
Michelle, que puso de moda los brazos bien torneados, se plantea al cumplir cincuenta años orientar su exigente rutina de ejercicios hacia disciplinas menos duras, como el yoga, para ganar flexibilidad y evitar lesiones.
“Me veo cambiando el levantamiento de pesas -aunque sigue siendo importante- y los ejercicios aeróbicos intensos por deportes como el yoga que me ayuden a mantenerme flexible, de manera que no me caiga y me rompa la cadera un día”, explicó Obama, abanderada del estilo de vida saludable.
La primera dama aseguró asimismo que ella nunca ha dejado pasar un chequeo médico, incluidas mamografías, la prueba del cáncer cervical y una colonoscopia.
Desde que llegó a la Casa Blanca, Michelle concentró sus esfuerzos en promover la alimentación sana y el ejercicio regular en un país donde la obesidad es una auténtica lacra social.
Ella dice no estar “obsesionada” con lo que come, pero sí se asegura cada día de tomar verduras y fruta, además de practicar deporte habitualmente.
A la pregunta de si ha pensado en algún momento someterse a una operación de cirugía estética, Obama contestó que “ahora mismo no se lo imagina” aunque en la vida ha aprendido “a nunca decir nunca”.
“Las mujeres deben tener la libertad de hacer lo que necesiten hacer para sentirse bien consigo mismas”, consideró en este sentido.
Aunque sus hijas aún no están ni en la universidad, Michelle Obama aseguró que sí desea en el futuro ser abuela: “Quiero ser la abuela que mi madre ha sido”, dijo.
La primera dama cumplirá 50 años el viernes pero su fiesta de aniversario será el sábado en la Casa Blanca: con amigos, desenfadada, sin pompa y, como le gusta a ella, con mucho baile.
Hasta el momento lo más llamativo que ha trascendido de la celebración es su tono informal, tanto que la primera dama ha desconcertado a los expertos en protocolo al pedir a sus invitados que coman en sus casas antes de ir a la fiesta.
Los medios estadounidenses apuntan a que la cantante Beyoncé cantará en la fiesta de Michelle, como en anteriores celebraciones importantes de la familia Obama, aunque la Casa Blanca aún no ha hecho ninguna confirmación ni sobre invitados ni sobre artistas.
Los rumores se han avivado al conocerse que el marido de la cantante, el rapero Jay Z, ofrece un concierto en el Verizon Center de Washington en la noche del jueves, tan sólo dos días antes de la esperada fiesta de la primera dama.