Un modesto cartel de “Bienvenidos” en español e inglés marca el inicio de seis hectáreas repletas de cactus de más de 50 especies en medio del desierto mexicano. Es el único santuario de cactáceas de México y su tamaño lo hace único en el mundo.
Localizado a una hora de La Paz, capital del occidental estado de Baja California Sur, el santuario dispone de acceso libre para todo tipo de visitantes, a quienes ofrece fenómenos biológicos singulares de la planta mexicana más icónica.