Al menos 15 policías muertos y otros cinco heridos dejó una emboscada de presuntos miembros del crimen organizado en el oeste de México, en el peor ataque en los últimos años contra alguna corporación de seguridad.
La fiscalía del estado de Jalisco señaló que tanto fallecidos como heridos eran parte de la Fuerza Única Jalisco, la corporación policial estatal.
El comisionado de Seguridad Pública del estado, Alejandro Solorio, dijo en un mensaje a la prensa que “fueron emboscados” cuando viajaban de la localidad turística de Puerto Vallarta, en el Pacífico, hacia la capital estatal, Guadalajara.
Horas antes, la fiscalía había informado de la emboscada en un ataque atribuido a una reacción por la reciente muerte de un presunto líder local del narcotráfico.
El ataque ocurrió la tarde del lunes un comando armado atacó a tiros a miembros de la policía estatal en una zona serrana del estado, lo que derivó en un enfrentamiento.
El hecho se produjo en una carretera de la comunidad Soyatán, a unos de 700 kilómetros al oeste de la ciudad de México.
El estado es considerado el bastión del llamado Cartel Jalisco Nueva Generación, un grupo del narcotráfico, aunque la Fiscalía no señaló si los atacantes pertenecían a esa organización.
La policía del estado ha sostenido algunos enfrentamientos en las últimas semanas con presuntos miembros del crimen organizado, en uno de los cuales murió un hombre identificado como Heriberto Acevedo Cárdenas, “El Gringo”, supuesto cabecilla local del narcotráfico.
El 19 de marzo pistoleros emboscaron un convoy de la policía federal y el 30 de marzo intentaron asesinar al comisionado estatal de seguridad, esto último en represalia por la muerte de “El Gringo”, dijeron recientemente las autoridades.
El fiscal estatal Luis Carlos Nájera había identificado previamente a Acevedo como el autor intelectual de un ataque a soldados en mayo de 2014.
Jalisco ha sido un estado con presencia desde hace mucho del poderoso Cartel de Sinaloa. Ahí operaba una facción encabezada por Ignacio “Nacho” Coronel, quien murió en una operación de autoridades federales en julio de 2010.