SANTO DOMINGO. Esa tarde el doctor vio una imagen en Facebook de una mujer acostada en el piso, con los ojos cerrados, y en su cuello una honda herida por la que brotaba sangre. Había sido degollada. “Esa mujer tiene familia, quizás hijos que no merecen ver una escena de esta naturaleza. Y al resto de la población, imágenes como esta, le hacen daño”, comentaba.
La fotografía que vio el médico Julio Chestaro Bretón, presidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría, la publicó un usuario de Facebook. Para él esto es una muestra de que la gente, con el auge de los teléfonos inteligentes, se ha convertido en una especie de “reportero”, y con poca prudencia suben a los medios sociales las fotos de actos violentos. “Bajo ningún concepto debería ser permitido”, afirmó.
Y se va más lejos cuando analiza el impacto de las informaciones sobre feminicidios en los medios de comunicación.
“Pueden surgir personas que estén pasando por situaciones con sus parejas que podrían imitar un acto que ven representado en algún medio. O tomar la noticia como una confirmación de que eso es lo que debe hacer”.
“Aunque entendemos que es deber de los medios dar cobertura a todo lo que se puede interpretar como noticia, somos de la opinión que muchas veces se cometen excesos en la forma de cómo se manejan estas noticias, que no son saludables para la salud mental de la población en general ni para los familiares de las víctimas”, indicó el siquiatra.
El doctor entiende que la saturación de los medios con informaciones de esta índole puede desensibilizar a las personas. “Comenzamos a verlos simplemente como ‘otra más’ y como algo normal en la sociedad que hoy estamos”, dijo.
¿Y qué se debe hacer entonces para no caer en esa saturación y desensibilización?, le preguntó Diario Libre. “Pienso que todo depende del manejo; muchas veces el titular sensacionalista ‘Hombre degolla mujer por celos’, si nos ponemos a analizar, ¿en qué contribuye?”, respondió.
Han sido 1,230 los feminicidios en la República Dominicana contados por la Procuraduría General de la República desde 2005 hasta agosto de 2017. Muchos de estos han sido reseñados por la prensa, como el reportado el pasado 30 de octubre, cuando en el sector Pantoja un capitán del Ejército de República Dominicana asesinó a su expareja de un disparo y luego se suicidó.
El siquiatra Chestaro observa que más del 50% de los feminicidios se atribuye a razones sentimentales o emocionales, “llegando al lector frases como ‘por motivos pasionales, por celos’, como si esto justificara el hecho”.
Persio Maldonado, presidente de la Sociedad Dominicana de Diarios (SDD), coincide con la anterior opinión del especialista. Entiende que en los medios de comunicación se utilizan términos que pudieran dar a entender que el homicidio está justificado. “Por ejemplo, cuando relacionamos el crimen a razones pasionales, celos e infidelidad, podemos dejar sentado en el criterio del lector que son un motivo para matar”, dijo.
A juicio del doctor Chestaro, quien también es un consumidor de información publicada en la prensa, ahondar en el historial de vida entre la víctima y el victimario puede arrojar datos esenciales.
“Es casi seguro que existía maltrato físico o emocional, quizás abuso de alcohol u otras sustancias, quizás el mismo asesino fue víctima de abusos o maltratos en la niñez”, expresó. “Pienso que ahí es donde está la real historia, y de esa información es que todos podemos aprender y ayudar a otras personas que están quizás en situaciones similares. Es algo más como analizar las vidas que llevaban esas personas no solamente la muerte”.
“Los medios deben escoger con sumo cuidado las palabras que utilizan para hacer estos reportajes, entendemos que los métodos utilizados para producir la muerte no deben ser parte de los titulares pues pueden servir de estímulo para que otras personas cometan un acto similar por imitación”, recomendó.
Agregó: “Pueden surgir personas que estén pasando por situaciones con sus parejas que podrían imitar un acto que ven representado en algún medio. O tomar la noticia como una confirmación de que eso es lo que debe hacer”.
Al preguntarle sobre la difusión de imágenes de la víctima o informaciones privadas, refiere que los datos personales se deben respetar y no especular sobre que motivó el hecho. “A veces, cuando leemos sobre un feminicidio, solo se habla de que la mujer lo dejó, no quería volver con él, y del asesino casi no dicen nada”, criticó.
“En la cobertura de estas noticias no debemos entrar en detalles que no edifican, como el número de disparos o puñaladas. Sí debemos enfocarnos más en cuidar el dolor de los familiares, sobre todos los hijos. Imaginemos el daño que se le produce a un niño, cuando de manera repentina queda huérfano”, reflexionó.
El presidente de la Sociedad Dominicana de Diarios considera que se necesita una especie de protocolo para eliminar términos inadecuados del lenguaje periodístico.
Al preguntarle si desde la Sociedad se ha planteado ese protocolo, responde: “Pienso que debemos promover ese protocolo desde la Sociedad Dominicana de Diarios con la esperanza de que el mismo sea adoptado en las redacciones y en las universidades donde se forman los periodistas”.
La ONG Oxfam Intermón y el medio español La Marea configuraron un taller virtual sobre comunicación de género.
Para el contenido colaboró una veintena de periodistas y especialistas. De este se extraen las siguientes recomendaciones para tratar el tema de la violencia:
El presidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría hace una recomendación desde su óptica médica: “Más que contar las muertes que se producen durante el año, más que sentirnos apenados por estas muertes, nosotros necesitamos analizar profundamente por qué estas muertes van aumentando en frecuencia. Podemos ver a los feminicidios como el producto de una sociedad donde existe una desigualdad de poder entre los hombres y las mujeres. Necesitamos analizar cómo estamos criando y educando a nuestros hijos, cuáles son los valores que estamos sembrando en ellos y tenemos que comenzar a preocuparnos más por la salud mental. Si no tenemos salud mental, no tenemos salud”.