SANTIAGO.-El resquebrajado mercado de empleos que en los últimos años, ha reducido las oportunidades a un amplio segmento de la población dominicana, en edad productiva, cada día se encuentra más saturado, debido al creciente número de venezolanos que han llegado al país asediado por crisis que afecta esa nación suramericana.
Desde hace varias décadas, el mercado informal, ha sido invadido por los nacionales haitianos, quienes han desplazado de numerosas actividades, como ha sido la venta callejera que muy bien simbolizan las marchantas, los buhoneros, a los trabajadores criollos.
Ya esa misma fuerza laboral, había sacado de las áreas de la construcción, agricultura, trabajo doméstico, a los dominicanos, originándose un revertimiento de los recursos humanos, en el aparato productivo nacional, lo que ha llevado preocupación, a diversos sectores del país.
Después de los problemas políticos, que en los dos años últimos afectan a Venezuela, mochos han emigrado hacia la República Dominicana, donde llevan a cabo una agitada competencia con los dominicanos, en la búsqueda de un puesto de trabajo, donde a diferencia de los del vecino país, éstos compiten en la informalidad y en el trabajo formal.
Dado el nivel de preparación de muchos de éstos, los dominicanos se muestran en desventajas frente a los foráneos, que logar incursionar a los puestos de trabajo, que se puedan presentar en diferentes áreas.
Muchos de estos ocupan puesto de trabajo en supermercados, centros de salud, tiendas, lavaderos, estaciones de expendios de combustibles, restaurantes y otras áreas productivas.
En este aspecto se destaca demás, que parte de los que han venido al país, desde Venezuela han traído capitales y han instalado sus propios negocios, grande o pequeños, en los cuales producen el sustento, sin tener que acudir al mercado laborar, en busca de un empleo.
Ya desde décadas anteriores el país ha sido destino de nacionales de otros países, entre ellos peruanos, una parte de los cuales, impulsan actividades creativas, como la pintura y venta de cuadros y en el área automotriz, donde también han incursionado, en trabajos de reparación y pintura de autos.
Mientras que los asiáticos, en su mayoría proveniente de China, Corea y Taiwán, el número de los que han venido al país, han adquirido centros comerciales, en el centro histórico de la ciudad de Santiago, empresarios locales, han abandonado sus negocios y rentado locales a los extranjeros.