El director provincial de Medio Ambiente, Mario Tejada, dispuso la paralización temporal de los trabajos de construcción de dos plantas de gas licuado de petróleo, que se pretenden instalar en el barrio Los Ciruelitos, al norte de este municipio, y la otra en la avenida Bartolomé Colón, casi en el centro urbano.
De acuerdo al funcionario, la medida es para revisar los permisos de lugar y verificar que están correctos.
En el caso de Los Ciruelitos, desde el mismo instante que comenzaron las labores para el establecimiento del expendio de gas licuado, los vecinos han insistido en su oposición porque consideran que representa un peligro para las miles de personas que residen no solamente allí, sino también en áreas próximas.
Explican líderes de juntas de vecinos, que a pocos metros de donde se quiere establecer la planta, se encuentra la escuela Enriquillo, que alberga miles de estudiantes en todas las tandas; también en los alrededores hay centros religiosos, infinidades de micro comercios, que estarían expuestos a cualquier tragedia.
También señalan, que detrás del solar donde se construye la planta, desde hace tiempo que funciona una fábrica de salami y donde existen varias calderas imprescindibles para su elaboración.
Una segunda construcción de este tipo de negocio que fue paralizada, es la que se levanta en la avenida Bartolomé Colón, en la entrada de tres importantes comunidades, como El Ejido, Mejoramiento Social y Savica.
La misma, al igual que la primera, resultaría una verdadera “bomba de tiempo”, porque estaría a pocos pasos de un conjunto de lugares en los que convergen millares de personas, el Liceo Ulises Francisco Espaillat, el Policlínico Santiago Apóstol, una estación de venta de gasolina y gasoil, el Súper Mercado Súper Pola y varias plazas comerciales.
De manera extraoficial se ha informado que las dos plantas en construcciones pertenecen a la empresa Propagas.