Los grandes protagonistas de la “pelea del siglo”, el estadounidense Floyd Mayweather Jr., y el filipino Manny Pacquiao ya se encuentran en Las Vegas (Nevada), donde el próximo sábado se enfrentarán por la unificación de los títulos del peso welter y ambos aseguraron que están listos para el triunfo.
La gran sorpresa fue ver que la llegada de Mayweather Jr. al hotel MGM Grand de Las Vegas no generó tanta expectación como en peleas anteriores, tal vez porque los aficionados son conscientes de que rival al que se enfrenta puede quitarle el invicto que posee tras 47 combates disputados.
A la entrada del hotel, Mayweather Jr. reiteró que era el mejor boxeador de todos los tiempos, incluido el legendario Muhammad Ali, y no se olvidó de recordar a todos que comprasen el acceso a la televisión de pago, 100 dólares, para poder ver la pelea.
“No tengan duda, tuve un gran campamento, voy a demostrar por qué decidí aceptar esta pelea, y lo haré con hechos en el cuadrilátero”, comentó Mayweather en una breve entrevista.
“Soy el mejor de la historia y esta pelea será otra oportunidad de mostrar mi talento y de hacer lo que mejor hago: ganar”, recalcó.
Sin embargo, el veterano promotor Bob Arum, que supervisa los intereses de Pacquiao, ironizó sobre la definición de Mayweather Jr. que es mejor que Ali al decir que “seguro que lo supera, pero en gastar dinero”.
El pensar de Arum, que fue el que formó a Mayweather Jr., es el sentir de los grandes analistas del deporte del boxeo que consideran que suceda lo que suceda en la pelea del sábado, ninguno de los dos púgiles puede compararse a boxeadores legendarios como Ali, Joe Louis, Sugar Ray Leonard, y Thomas Hearns, entre otros.
Lo máximo que pueden alcanzar es estar entre los 10 mejores de la historia, pero no por lo que hagan en la pelea del sábado, en la que todos están de acuerdo que llega tarde en cuanto al apartado deportivo se refiere.
Aunque sí hay que reconocerles a ambos púgiles que con su enfrentamiento, el boxeo ha vuelto a convertirse en el centro de atención mundial tras muchos años en un segundo plano, precisamente porque los campeones no pelearon con los mejores rivales sino ante los que tenían más posibilidades de ganar y hacer más dinero.
De hecho, la pelea del sábado lo que está garantizado son los ingresos millonarios, que pueden acercarse a los 500 millones de dólares, pero sobre el cuadrilátero, el espectáculo deportivo podría ser un completo fiasco, si Mayweather Jr. se dedica a hacer su boxeo defensivo y a escapar de la presión e intercambio de golpes que propondrá Pacaquiao.