La joven activista siria fue golpeada, se le impidió ir al baño y vio a sus compañeras de celda ser azotadas cuando estuvo detenida más de un mes en varias instalaciones de detención del gobierno.
No obstante, Lama es considerada una muchacha con suerte, ya que más de 17.000 detenidos han muerto en los últimos cinco años estando bajo custodia del gobierno, como resultado de tortura, enfermedad y otras causas, según un reporte publicado el jueves por Amnistía Internacional, con sede en Londres.
El reporte incluye entrevistas con 65 sobrevivientes de tortura que describieron abusos y condiciones inhumanas en divisiones de seguridad operadas por agencias de inteligencia sirias y en la Prisión Militar Saidnaya, cerca de Damasco.
El documento señala que entre los métodos comunes de tortura está meter a la fuerza el cuerpo de la víctima en un neumático y azotar las plantas de los pies de un detenido.
Las autoridades utilizaron también descargas eléctricas, violación y violencia sexual, arrancaban a detenidos las uñas, y los quemaban con agua caliente o con cigarrillos.
“El catálogo de historias de horror presentadas en este reporte describen con horrible detalle el espantoso abuso sufrido rutinariamente por detenidos desde el momento de su arresto, durante su interrogatorio y detención a puertas cerradas”, dijo Philip Luther, director del programa de Amnistía Internacional para Medio Oriente y el norte de África.
“Esta travesía es con frecuencia letal, pues los detenidos están en riesgo de muerte en cada etapa de custodia”, señaló. Luther urgió a la comunidad internacional a llevar a la cúspide de la agenda estos abusos en las negociaciones tanto con el gobierno como con los grupos armados.
Los abusos se remontan al inicio de la insurrección siria contra el presidente Bashar Assad en marzo de 2011.