Pastor Antonio Regalado
Manantial de vida es la boca del justo; Pero violencia cubrirá la boca de los impíos. Proverbios 10:11.
Cuando los hijos de Dios hablan, lo hacen con gracia, edifican y saben como responder. El orden del Señor establecido para el manejo del hablar, es decir, de la comunicación mediante las palabras, lee así: “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”. Palabra de Dios, libro Colosenses 4:6.
Muchos expertos en el desenvolvimiento de la conducta concluyen en que los problemas y dificultades que experimentamos, en su gran mayoría tienen fundamento en la poca capacidad para dirimir desacuerdos y controversias.
En el caso que nos ocupa, para nadie es un secreto que existe una enorme cantidad de personas que un día decidieron retenerse en sus hogares en lugar de permanecer en las Iglesias que al Señor le agradó enviarles, y hay quienes en la actualidad están acariciando la idea de si irse o quedarse, a causa de que un pastor, obrero, diácono, profeta, evangelista, maestro, o cualquier otro servidor, haciendo un flaco servicio a Jesús, no hizo un sabio e inteligente “buen uso” uso de la comunicación hablada.
Debemos expulsar de nuestras bocas, ese “Laberinto de comunicación nociva, que tiene poder para confundirnos a nosotros y a quienes nos escuchan”. Cada día el lenguaje soez que usan algunos locutores como forma de animación y comunicación radial, se constituye en un atropello a la gramática y al buen gusto de los oyentes. Suele suceder también que por esta causa de altivez e hinchazón en el hablar, muchas personas renuncian a sus trabajos.
Dice el Señor: “Las palabras que decimos con nuestra lengua son como el fuego. Nuestra lengua tiene mucho poder para hacer el mal. Puede echar a perder toda nuestra vida, y hacer que nos quememos en el infierno”. Santiago 3:6. Traducción en lenguaje actual. {TLA}. En la lectura de la version Reina -Valera 1960, explica: “Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno”.
He aquí más del designio de Dios acerca de la lengua: “Pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal”. Versículo 8, Sant..3.
“Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios”. Expresa el versículo 9, del capítulo 3 del libro de Santiago.
La dirección de Dios continúa el consejo diciendo: “De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así”. Santiago 3:10.
Y aquí sale a la superficie de la reflexión, la superación y la esperanza de accesar a un lenguaje espiritual mayor al del mundo, lenguaje que conocimos de Jesús!!! “Hermanos míos, esto no debe ser así”. Gloria a Dios!!!.
!!Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!, fue la respuesta que dieron los alguaciles a los sacerdotes y a los fariseos, cuando oyeron hablar a Jesús.
Que nuestras conversaciones sean con gracia y sazonada con sal, para tener un lindo responder, como siempre lo hizo el Manso y Humilde de corazón, Jesús!!!
Señor, que mis labios te agraden y te honren!!!!
Maranatha!!