El ex mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva afirmó el jueves que los fiscales que lo acusaron de estar al frente de una enorme red de sobornos tienen motivos políticos y simplemente tratan de evitar que él se postule a la presidencia en 2018.
Durante una conferencia de prensa de una hora que parecía más un acto de campaña que una defensa ante cargos penales, Lula indicó que sus detractores no pudieron frenarlo a él ni a su Partido de los Trabajadores, de tendencia izquierdista. Como reiteró constantemente, el ex presidente subrayó que es inocente y que no tuvo nada que ver con un ardid de sobornos centrado en la paraestatal Petrobras.
“Si ellos logran demostrar que yo era corrupto, yo mismo me entregaré y será un prisionero”, declaró Lula, que en dos ocasiones rompió en llanto rodeado por partidarios en un hotel de Sao Paulo.
Después de su discurso, Lula no aceptó preguntas de los reporteros.
Fiscales federales acusaron al ex mandatario el miércoles de ser el “comandante superior” del operativo de sobornos en Petrobras.
Sin embargo, los cargos fueron mucho más limitados en cuanto a alcance. Lula, su esposa y otras cinco personas fueron acusadas de lavado de dinero y corrupción.
Lula asegura que sus adversarios quieren extirpar a su Partido de los Trabajadores. El Senado retiró recientemente de su puesto a la ex presidenta Dilma Rousseff, que había reemplazado a Lula.