En el mundo del taekwondo se dice que todo el que tiene dos pies puede ganar un combate. ¿Qué no podrá hacer sobre el tatami, entonces, un hombre que es dueño de tres?
El único dominicano que ganó una medalla en los Juegos Olímpicos de Río 2016 se llama Luisito y tiene, además de los dos pies que rematan sus extremidades inferiores, un tercero que también le acompañará siempre: su apellido. Con los tres quería volver a subir al podio este sábado en Lima en la categoría de -58 kilos, pero alguno le falló.
Pie, que ya fue plata en la anterior edición de los Juegos Panamericanos, Toronto 2015, era un claro aspirante a repetir podio, un anhelo que cortó a las primeras de cambio el venezolano Yohandri Granado con una victoria clara por 9-5 en el primer combate de su peso, correspondiente a los octavos de final.
Granado se fue al primer descanso con empate a uno. En el segundo asalto fue su pie, no el de Luisito, el que impactó repetidas veces en el peto de su rival. El dominicano, en cambio, falló varios intentos de tocar el casco del venezolano.
El venezolano se limitó a asegurar la defensa en el último parcial para llevarse la victoria.
La República Dominica pierde así a una de sus mayores esperanzas de medalla. Tanto que Pie, por su halo de ganador, había sido elegido por Panam Sports como uno de los embajadores de los Juegos. Muchos recintos están empapelados con su imagen.
Pese a su historial de medallas, Luisito ya estuvo a punto de quedar fuera de los Juegos de Lima por la competencia de su compatriota Edwardo Espinosa. Fue este quien se clasificó a los campeonatos panamericanos de la especialidad en marzo, donde aseguró en -52 kilos la plaza para su país en Lima.
En las competiciones posteriores, compitiendo en distintos pesos, fue Luisito Pie el mejor situado. Estuvo en duda hasta hace pocos días, pasado de peso, y solo el intenso trabajo de su nutricionista Ana Laura Cattaneo le permitió llegar a Lima bajo el límite. Hoy pagó el esfuerzo.
Luisito nació en Bayaguana, Monte Plata, hace 25 años. Hijo de padres haitianos, se ha sentido “discriminado” en su país por ello -incluso tuvo dificultades para obtener el pasaporte-, pero gracias a su “mentalidad” salió reforzado.
A quienes cuestionan su condición de dominicano y le reprochan que debería competir por Haití, les contesta a diario en sus redes sociales con declaraciones de amor patrio.
“No digo soy dominicano por compromiso, sino por Orgullo. Gracias RD por tanto. En la sonoridad de mis latidos escucho Dios, Patria y Libertad”. Es solo un ejemplo entre decenas de manifestaciones.
Su última frase, escrita horas antes de competir hoy, decía: “Un pueblo Unido jamás será vencido. Mañana salgo a la arena a dar lo mejor de mí, con la certeza de que conmigo salen más de once millones de Dominicanos. Sus oraciones y buenas vibras serán la clave que darán con la combinación perfecta. Cuento con ustedes”.
