SANTO DOMINGO.- Los abogados de la defensa de dos de los hermanos Serret, que enfrentan juicio de fondo por el fraude cometido en el disuelto Banco Peravia, que ronda los 2 mil millones de pesos, declaró hoy que ese es un caso de encubrimiento de la corrupción estatal, donde se ha usado una familia como chivo expiatorio.
Joel Peña, representante legal de los hermanos Nelson Serret Sugrañez y Jorge Serret Sugrañez, dijo que durante el juicio de fondo que se sigue a ocho acusados del fraude, sólo se ha demostrado que ese caso es el encubrimiento de la corrupción estatal, ya que afirmó que las autoridades monetarias y financieras facilitaron la salida del país de los responsables del fraude, los venezolanos José Luis Santoro y Gabriel Jiménez Aray.
Para este miércoles a las 9:00 está pautada la última audiencia de fondo en el Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, donde serán escuchadas la víctimas del fraude.
“La familia Serret ha sido utilizada como chivo expiatorio tratándole de endilgar conductas que no cometieron y que por tanto no le han podido probar en los tribunales la imputaciones que le hace el Ministerio Público”, adujo.
El abogado sostuvo que las autoridades lo que persiguen es una sentencia condenatoria que redima a los verdaderos beneficiados de las actuaciones dolosas de los venezolanos que administraban la entidad de intermediación financiera.
“Para con ello ponerle la tapa al proceso que de ser correctamente seguido, se había llevado a la cárcel a las autoridades financieras”, indicó.
Afirmó que ni la Fiscalía ni las autoridades monetarias han podido probar que los Serret se beneficiaron de los préstamos fraudulentos ni que los mismos hayan participado en el entramado criminal y delictivo del quebrado banco.
Banco Central
Cuando se detectó el fraude en el 2015, el Gerente del Banco Central, Ervin Novas Bello, aseguró que esa institución actuó en el marco de las disposiciones de la Ley Monetaria y Financiera No. 183-02 y sus normas reglamentarias, en interés de preservar la entidad y salvaguardar los intereses de los depositantes.