En el año 2020 la sociedad dominicana asistirá a la encrucijada de tener que escoger a su Presidente de una canasta de eternos aspirantes, con partidos divididos y un movimiento social (Marcha Verde) que a pesar de su creciente fortaleza y la justeza de sus reclamos, hasta hoy solo sirve de ariete para que un caudillo use sus fuerzas -las del movimiento social- para ahorcar a otro en la competencia electoral.
En el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), organización que fue definida por uno de sus líderes como una “fábrica de presidentes”, en los hechos solo hay dos aspirantes: Danilo Medina y Leonel Fernández. ¡Exactamente los únicos que han sido candidatos y los únicos que han sido gobernantes! Se trata de un oligopolio, no un partido democrático.
Me dirán que estoy equivocado porque por ahí andan otros precandidatos, todos miembros del Comité Central del PLD, que se han comprometido a luchar por la candidatura presidencial. ¡Son mascarones de proa, he dicho y repito! Todos han sido ministros, empleados y subalternos de Danilo y Leonel, y desde niño sabemos que “donde manda capitán no manda soldado”.
Salvo el caso del ingeniero Temístocles Montás -que advierto que es mi amigo para que no se dejen llevar de alguna parcialidad de quien difícilmente sea parcial- que tiene capacidad, méritos y honestidad suficientes para ser Presidente de la República, los demás deben sentirse cómodos donde están o han estado, porque es suficiente.
Pero resulta que a Montás -con esas credenciales- lo envolvieron inicialmente en el escándalo Odebrecht y resultó ser el único ensuciado sin justificación, pero en alguna medida lo pusieron en el saco de los eventuales corruptos y por tanto ensuciaron en parte el agua donde abrevaba su cabalgadura presidencial. Luego lo exculparon, pero cuando un baboso escupe a una rosa, aunque pida excusa, la rosa babeada se queda.
Si vamos bien hasta aquí, la realidad es que el candidato del PLD para la presidencial de mayo 2020 será Danilo o Leonel. En ese orden…
Como me gusta cortar con espuela fina y nueva, no bota, sostengo que del PLD el candidato será Danilo porque las señales sobran y las posibilidades también.
Para que Leonel resulte ser el candidato del PLD, tendría que abandonar su estrategia de ganar la indulgencia del danilismo dominante -que nunca se la dará- y enfrentarse a él con todas las consecuencias, y hasta hoy él no ha probado que esté adornado de ese tipo de resolución política. Si lo hace, haría el disparo perfecto: el que sorprende al mismo tirador. Dudo que resista la contraofensiva, que me parece que será descomunal y definitiva.
En cualquier escenario interno, pese a la estridencia discursiva de Leonel, que es superior, el expresidente caerá vencido por factores políticos objetivos y por la abrumadora superioridad de Danilo en todos los ámbitos de poder y sus periferias articuladas.
Ya el danilismo sabe que Leonel no sale a defender a sus más fieles seguidores cuando son “injustamente” perseguidos, como Víctor Díaz Rúa y Julio César Valentín, quienes fueron encartados en el caso de sobornos de Odebrecht y hasta hoy el líder no ha dicho “esta boca es mía”; como el de su leal a toda prueba Félix Bautista, asediado por el gobierno de Estados Unidos que le impide negocios y entrar a su país, para no mencionar a los acosados por “evasión fiscal” de su entorno como si fuesen los únicos en este país.
Ni hablar del doctor Franklin Almeyda, eterno gladiador con argumentos contra el acoso a las huestes de Leonel y en defensa de algunos principios del PLD -no siempre actuó así viajara él a pie o en auto con escoltas en Harley Davidson- quien se ha enfrentado una y otra vez a los detractores de Leonel y siempre se ha quedado esperando -o yo por él- el respaldo de su líder. ¡Nunca se da por enterado en el espejo de la opinión pública!
Lo mismo en el PRM
Si brincamos a la más importante corporación política fuera del gobierno, tenemos que caer necesariamente en el Partido Revolucionario Moderno (PRM), donde se frustró un proceso de convención democrática para resultar en un disparate digno del feudalismo: Luis Abinader e Hipólito Mejía son los dueños, y para más señas ¡Pusieron sus sellos gomígrafos para ir a la JCE! Son José Ignacio Paliza, “presidente del PRM” (cacique del caudillo Abinader) y Carolina Mejía, “secretaria general”, pero sobre todo, hija imitadora de Hipólito.
Hipólito fue candidato vicepresidencial de Peña Gómez, sustituido para dar paso a Fernando Álvarez Bogaert, luego aspiró con éxito a la Presidencia y se coronó en mayo de 2000, cayó vencido por sus desaciertos frente a Leonel buscando (Hipólito) la reelección en 2004, lo planchó Danilo en 2012, Abinader lo aplastó por la candidatura presidencial de 2016, y ahí está, otra vez, como si nada hubiese pasado, aspirando para ser presidente de 2020 a 2024. ¡Pobrecito!
Abinader, candidato vicepresidencial de Hipólito en 2012, donde ambos cayeron como castillo de naipes; enfrentó al mismo Hipólito y lo derrotó aplastantemente en la lucha por la candidatura en 2015, pero fue vencido por Danilo en 2016; ahora está puntero en su partido para aspirar nuevamente.
En el PRM hay una constelación de estrellas -Jesús Feris Iglesias, Faride Raful- para solo mencionar a dos que creo tienen credenciales, condiciones y probable encanto, pero en los hechos ellos no existen porque los dueños de ese partido (Abinader e Hipólito) son quienes se consideran las montoneras excluyentes y nadie más puede aspirar y si aspiran, se hunden en el remolino de sus intereses.
Fuera del PLD y del PRM -me excusan los idealistas y sobre todo, amigos- no hay al día de hoy una perspectiva creíble de crear una fórmula electoral capaz de romper el predominio del mismísimo político reinante. ¡Muy lamentable!
Las bisagras están identificadas y tienen igual objetivo: Son el PRD (el buey que más jalaba) y el PRSC, plataforma del balaguerismo. A eso se reducen: seguros aliados de quienes ellos suponen -y saben, que es un derecho porque de lo contrario sería un izquierdo- cuál de los dos va a ganar.
Tarea fácil y aprovechable porque no hay ideologías y mucho menos principios, sino intereses, y si bastardos, más rentables.
Los minoritarios o alternativos
Me restan por revistar mis primos hermanos de la vieja izquierda, los alternativos y los movimientos sociales, que imbuidos de buenas ideas, algún tipo de sacrificio, siguen ahí pujando sus propósitos, sin motivar las fibras populares para acompañarlos en un proyecto de poder.
¡Eso no es tan fácil! Para acariciar un éxito necesitan demostrar una humildad política, una vinculación popular que no tienen y tampoco encarnan ni expresan. Por eso es que son mis admirados dirigentes políticos testimoniales, pero para nada sujetos del protagonismo de la historia.
Así andamos los dominicanos, “arando el porvenir con viejos bueyes”, porque los expresidentes y el presidente no respetan el derecho de la nueva sociedad a contar con líderes que la encarnen, pero mucho menos que los movilizados les pasen cuentas.
Por eso aspiran, aspiran, aspiran y aspirarán… hasta que la juventud diga basta y eche a andar. Viejo yo, iré de último junto a la juventud, aunque sea a mirar el esplendor de su victoria.